domingo, 26 de octubre de 2008

UNASUR

Por Rodrigo López Oviedo

Sin suscitar mayores comentarios, mayo nos regaló uno de los acontecimientos más importante en la historia de América Latina: La firma del Acta Constitutiva de la Unión de Naciones Suramericanas –UNASUR-. Este hecho ocurrió en Brasilia con la concurrencia de los presidentes de los 12 países que conforman esta parte de nuestro continente y representa un gran paso en el proceso de integración que se había iniciado en la reunión presidencial de Cuzco, el 8 de diciembre de 2004, y continuado en las de septiembre de 2005, en Brasilia, y diciembre de 2006, en Cochabamba.

La integración es el único camino que nos permitirá superar el aislamiento ancestral y los enfrentamientos desmembrantes que nos han mantenido en condiciones de marginalidad en el concierto internacional. Para ponernos en él, se necesitó que emergieran personalidades como Hugo Chávez, Lula da Silva, Evo Morales y Néstor y Cristina Kirchner, que fueron capaces de ponerle un punto de quiebre a las condiciones de postración al Imperio en que se hallaban nuestros países.

Estaba previsto que la reunión aprobatoria del Acta Constitutiva se efectuara en marzo, en Cartagena de Indias, pero con la crisis desatada por la incursión militar de Uribe a territorio ecuatoriano, terminó celebrándose el 23 de mayo en Brasilia. Igual alteración ocurrió con la presidencia del Organismo, la cual debía quedar en manos de Colombia, pero por igual razón pasó a las de Michelle Bachelet, presidenta de Chile

Para que UNASUR entre en vigencia, requiere ser ratificada por los congresos de al menos nueve de los países miembros. Cinco años después de ello, podrá comenzar a estudiar adherencias de otros países latinoamericanos, ya que se pretende convertirla en el imán integrador más importante de América Latina y el Caribe, con lo cual nuestros pueblos ganarán presencia y voz ante otros interlocutores del mundo.

Las expectativas reinantes se orientan a que el nacimiento de UNASUR dé lugar a un Parlamento Suramericano, a unos mecanismos de defensa regional y a una ciudadanía y una moneda comunes a todos los países miembros, pero sobre todo a que de manera progresiva se extienda el reconocimiento de los derechos de cada pueblo a los nacionales de los demás países asociados, lo cual constituirá el principio del fin de las odiosas asimetrías reinantes en y entre nuestras naciones.

Un hecho desconcertante lo marcó la actitud del presidente Uribe. Tal vez por su necesidad de mejorar las relaciones con Venezuela -el primer cliente comercial de Colombia en productos no tradicionales- y con Ecuador -el tercero en todo sentido-, no se atrevió a marginarse de UNASUR, pero sí a respaldarlo de manera solo parcial, como lo evidenció al oponerse a la creación de uno de sus órganos, el Consejo Suramericano de Defensa. Asustado, muy seguramente, por las invocaciones a la soberanía y a la integridad e inviolabilidad territorial de los estados, adujo que “Colombia no tiene suficiente respaldo (…) al propósito de combatir el terrorismo”. Así reconoce lo sola que está en la región su concepción acerca del conflicto colombiano.

Por fortuna, esa oposición no significa la muerte de la iniciativa; pero si le introduce morosidades a un proceso que está urgido de echarse a andar, no tanto por la conveniencia de los capitales como por el bienestar de los pueblos y la necesidad de construirle alternativas multipolares al Imperio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

CONTRADICCIONES LUGUISTAS

Se habló de Fernando Lugo como un “obispo de los pobres” plagiando el mote que se le daba al original, Arnulfo Romero, asesinado por la derecha en El Salvador.
La falacia fue difundida desde un equipo de serviles escribientes con un extenso prontuario sirviendo a la ultraderecha anticomunista y mafiosa de Paraguay, donde brillan con luces propias personajes como Ausberto Rodríguez y Julio Benegas.
El mesías marxista, supuesto teólogo de la liberación, en realidad era un sobrino de un agente de la CIA, emparentado con directivos de USAID, cuya principal fuente de soporte político y financiero provenía de la embajada norteamericana ocupada por el embajador anticubano James Cason.
Para conocer la verdad de lahistoria, cómo la alternancia del poder en Paraguay fue una operación fuertemente apoyada por el complejo IAF-NED-USAID derivado de la CIA, basta ver a quiénes puso en el poder: a una caterva de socialdemócratas financiados desde hace mucho tiempo por la embajada norteamericana de Asunción, y funcionarios de ONGs subsidiarios de las dádivas de los centros de poder mundial.

En el sitio web http://www.financiamientopolitico.org.py/V2/integrantes puede verse una nómina parcial de ellos, todos soportes del obispo de los pobres y teólogo de la liberación Fernando Lugo. También se puede corroborar en el sitio el auspicio que reciben de USAID.

OTROS AGENTES DEL IMPERIO INDIVIDUALIZADOS EN EL GABINETE:

Entre los personajes fuertemente identificados con la CIA se encuentran:
-Gloria Rubín, referente en Paraguay del NED y la CIA.
-Camilo Soares, beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush.
-Karina Rodríguez, de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter Ame-rican Foundation con fines altruistas que utilizaron para su campaña proselitista.
-Esperanza Martínez, del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción.
-Canciller Hamed Franco, del Pmas, un movimiento financiado por James Cason.
-Vice-canciller Jorge Lara Castro, recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida.
-Ministro de Defensa General Bareiro Spaini, hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos