lunes, 21 de febrero de 2011

CONCIENCIA POR CONTAGIO

Por Rodrigo López Oviedo

Nunca nadie imaginó que los incidentes de Túnez irían a reproducirse, aunque de manera desigual, en la casi totalidad de los demás estados árabes. Sin embargo, así ocurrió. Tampoco nadie creyó nunca que después de ocho años de domesticación a base de melaza y perrero, una parte de nuestros compatriotas, los camioneros, irían a levantarse de su postración a reclamar ser tenidos en cuenta en la toma de decisiones estatales relacionadas con su gremio y a exigir la derogatoria de un decreto que los dejaba sin tablas oficiales de fletes y a expensas de los monopolios del transporte.

Estas son claras manifestaciones de un despertar que encuentra plena ratificación en los contornos latinoamericanos, donde varios pueblos se han venido levantando en procura de lograr profundas transformaciones sociales que los rediman de siglos de privaciones. Lo inconcebible es que, después de ocurridas las cosas, todavía sigamos actuando como si no hubieran sucedido, o como si creyéramos aún que los ejemplos implícitos en ellas no pudieran irradiarse y generar contagios.

Así parece estar pensando el doctor Jesús María Botero, alcalde de la ciudad, a quien nada le han enseñado las anteriores experiencias. Él bien sabe que su administración le ha infligido un doble atropello a la ciudadanía: Primero, el de haberle impuesto una actualización catastral que le costó al municipio más de cinco mil millones de pesos y que dobló, y algunas veces triplicó o cuadruplicó, el avalúo de muchos predios. Segundo, el de haber tramitado de manera paralela y satisfactoria para él, pero no para la ciudadanía, un proyecto de acuerdo por medio del cual el Concejo le aprobó unas nuevas tarifas del impuesto predial, con las cuales se les cuadruplicó, quintuplicó y hasta sextuplicó a muchos ciudadanos el tributo a pagar por tal concepto.

Ante tan desconsiderada exacción, lo primero que debería hacer nuestro burgomaestre es llamar a la veeduría ciudadana constituida contra este impuesto y procurar conciliar con ella el texto de un proyecto de acuerdo que compense con menores tarifas parte de lo que la ciudadanía ha perdido con estos desaguisados impositivos. No de otra manera podría salvarse de ver llegar a los hogares ibaguereños, expresado en plazas y calles, el contagio de lo que nos traen los vientos de oriente, convertido en protesta ciudadana.

Y precisamente, para medir los síntomas del contagio, la veeduría mencionada ha programado para este jueves, a partir de las nueve de la mañana, y desde el parque Andrés López de Galarza, una marcha y plantón contra el incremento exagerado del citado impuesto. De la participación ciudadana depende que el señor Alcalde entre en razón y atienda los llamados ciudadanos.



sábado, 19 de febrero de 2011

BOTERO QUIERE SU TAHRIR

Sorda al clamor ciudadano, la Administración municipal no ha querido dar marcha atrás en su política de llenar las arcas del municipio a costa del hambre de la infinita mayoría de los ibaguereños, que tendrá que sacrificar el pan de sus hijos para atender el pago de los exorbitantes cobros del impuesto predial.

Esta Administración parece no haber entendido que con sumarle este impuesto a las elevadas tarifas que estamos pagando por los ya casi totalmente privatizados servicios públicos lo que está haciendo es convertir en un sufrimiento ese lujo que representa para muchos la posesión de, incluso, la más humilde vivienda.

Y parece que tampoco viera claro el nuevo signo de los tiempos. El de los alzamientos en países que, como los árabes, parecían resignados a un destino de infamia; o como el de varios latinoamericanos, donde nada parecía poder alterar el statu quo. Incluso, sin salir de la frontera, podría revisar las vigorosas protestas de los camioneros que, levantados en un paro que no debió ocurrir, pero que ocurrió por la intransigencia del Gobierno, le hicieron suspender a este la aplicación de un decreto que eliminaba las tablas de fletes, lo obligaron a retroceder en el empeño de imponerles otras políticas y a concertar otras acciones, todo con la mira puesta en el propósito de impedir la expedición de normas que expulsen del gremio a los pequeños y medianos propietarios en beneficio exclusivo de tres o cuatro monopolios.

El alcalde Botero debería dejarse inspirar por estos ejemplos, entrar por los caminos de la sensatez y llamar a la Veeduría Cívica del Impuesto Predial a concertar el texto de un proyecto de acuerdo que reduzca los nefastos impactos producidos, de una parte, por la actualización catastral que hizo el Instituto Agustín Codazzi y que en muchos casos triplicó, cuadruplicó y hasta quintuplicó el avalúo de muchos predios; y de la otra, por la elevación de las tarifas del impuesto aprobadas por el Concejo Municipal a instancias del mismo Alcalde.

Esto debería pensarlo el Alcalde si no quiere sentirse vecino de una Plaza de Bolívar que, al igual que la de Tahrir, resulte escenario de protestas que lo lleven a cambiar por las malas un rumbo que podría cambiar por las buenas.

A propósito de lo anterior, la Veeduría Cívica y otras fuerzas de la ciudad están organizando para este jueves, a partir de las 9 de la mañana, un desfile de protesta que partirá del parque López de Galarza y culminará en un plantón frente a la Alcaldía. Ojalá que haya una concurrencia que disuada de su política a nuestro Mandatario. Por allí se empieza.

Polo Democrático Alternativo – Comité de Base – Comuna 10



lunes, 14 de febrero de 2011

LOS NUEVOS ACENTOS DEL POLO

Por Rodrigo López Oviedo

La historia del Polo Democrático Alternativo ha evidenciado que, aunque es difícil desarrollar la unidad de la izquierda, también es difícil destruirla cuando ha alcanzado una consolidación basada en el hallazgo de más puntos que unan a los integrantes comprometidos que los que puedan separarlos.

Algunos creían que, con el lamentable retiro de Gustavo Petro, en el Partido se produciría una diáspora. Muy por el contrario, lo que evidenció la pasada reunión de su Dirección Nacional es el elevado grado de consolidación que ha alcanzado. Sólo 20 de los 250 directivos nacionales no concurrieron, sin que pueda decirse que faltaran por solidaridad con el que se fue. Y si hubo retiros de la plenaria final, quienes lo hicieron dejaron en claro su deseo de seguir defendiendo en el Polo el ideario de unidad y los estatutos, aunque reclamando consenso en la toma de decisiones y mayor vigilancia del Partido sobre los miembros elegidos a cargos de representación popular.

En conclusión, el Polo se consolida. Y no solo porque haya mantenido la unidad derivada de los acuerdos que le dieron nacimiento o ratificado su carácter de izquierda y de oposición al régimen oligárquico. También porque pudo fijar sus nuevos acentos en la movilización social y en el acercamiento a organizaciones que tienen por propósito elevar la conciencia y el grado de organización y de lucha de la población, lo cual compromete al Polo a convertirse en animador constante de referendos, cabildos, huelgas, paros cívicos, etcétera, así como en defensor de instituciones que hasta hoy han jugado un importante papel, como la tutela y las acciones de cumplimiento y de reparación.

Y si lo anterior puede decirse de los compromisos de la Dirección Nacional, lo mismo debe señalarse localmente. Entre nosotros son numerosos los problemas que deben estudiarse en las direcciones Departamental y Municipales para sacar de ellos unas plataformas de movilización que hagan sentir a los tolimenses que el Polo está sintonizado con sus problemas. La Colosa, los túneles de la Línea y Melgar, el puente del Tigre, los graves problemas de carreteras, la malla vial de todos los municipios y la falta de recursos para hospitales y centros educativos son solo algunos de los muchos ejemplos. Y paralelo a ellos, debe agitarse también el gran reclamo contra la reforma política que, al modificar el censo electoral, dejó por fuera de él a quienes se abstuvieron en las elecciones de junio del 2010, como lo hizo el propio Polo.

Solo estrechando relaciones con su pueblo podrá el Polo recuperar el segundo puesto que tuvo en las preferencias políticas nacionales y convertirse en auténtica alternativa de poder.

lunes, 7 de febrero de 2011

LOS DÍAS DE LA IRA

Por Rodrigo López Oviedo

No ha sido solo el viernes de la ira; han sido muchos los días durante los cuales tan justificado sentimiento ha movilizado, y de qué manera, a varios de los países árabes, de los cuales pocos hubiéramos esperado una explosión social como la que vienen mostrándole al mundo, que los observa con indecible interés.

En los inicios fue Túnez. Este valiente pueblo solo requirió 29 días de luchas intensas para poner de patitas en el extranjero al dictador Ben Alí, quien durante 23 años dejó por fuera de los escenarios del poder a las mayorías de su país. Y aunque Destourien, su partido de gobierno, todavía permanece a la sombra, tiene en frente a un pueblo que, izando jazmines y pagando el inmenso precio de doscientos mártires, recuperó la confianza en sí mismo como protagonista de su destino y la certeza de que sabrá sacar adelante los programas que originaron su alzamiento.

También han sido los pobladores de Yemen, de Jordania, de Argelia, de Marruecos y de Siria. En algunos de estos lugares más que en otros, pero definitivamente en todos, ha venido desfogándose la impaciencia contenida por muchos años, tras malestares de pobreza, desempleo, inseguridad, represión y malos ejemplos de los usurpadores del poder, quienes lo han aprovechado para convirtir en suyo lo que está llamado a utilizarse en la solución de los graves problemas de la sociedad.

Y también ha sido Egipto, país en el que las convulsiones han adquirido mayor fuerza, como mayor ha sido la expectativa generada por su desarrollo, sobre todo por ser su presidente, Hosni Mubarak, el principal aliado de Estados Unidos e Israel en el norte del África, lo cual le confiere una especial importancia, pero también por ser el país más poblado de la comunidad árabe. 80 millones de egipcios dependen, para bien o para mal, de los logros que alcancen ellos mismos con su alzamiento, los cuales afectarán, acentuando o atenuando, las demandas de los otros pueblos hermanos.

Hasta dónde resulten victoriosos estos alzamientos es prematuro afirmarlo. Pero ellos debieran constituir una voz de alerta para nuestras oligarquías, que no han querido entender que también entre nosotros se necesita un cambio que recomponga las relaciones de poder y vierta sobre la sociedad todo el cúmulo de felicidad con el que soñaba el Libertador Simón Bolívar. De lo contrario, a nosotros también nos llegarán los días de la ira. También nosotros saldremos del embrujo en que nos sumergió un encantador de serpientes y, concertados en unidad, generalizaremos ese reclamo por la vida digna que ya levantan el Polo Democrático Alternativo y sus potenciales aliados del espectro social.