lunes, 26 de septiembre de 2011

DICHO SIN AMBAGES

Por Rodrigo López Oviedo

Aún antes de que al suspendido Alcalde de Bogotá, el doctor Samuel Moreno Rojas, se le decretara la medida de aseguramiento que hoy lo embarga, el Polo Democrático Alternativo ya había señalado con total entereza que cualquier hecho contrario a la pulcritud con que deben manejarse los recursos públicos debe ser sometido a la más rigurosa investigación y aplicar a los culpables las penas y sanciones correspondientes.

Con manifestaciones como la anterior, el Polo dejó clara la vigencia de sus banderas contra la corrupción y su compromiso de seguir a la vanguardia en la lucha contra tan destructivo flagelo, aunque con el entendimiento claro de que también en sus filas era posible la existencia de uno que otro militante que viniera contagiado con tan malas artes de sus organizaciones de origen o que las trajera por imitación de los partidos tradicionales.

Con lo dicho no quiere decirse que el Polo pueda rasgarse las vestiduras y decir, como en aquella canción, “ese muerto no lo cargo yo”. Antes por el contrario, y muy a sabiendas de que contra Samuel Moreno Rojas aún no ha habido un pronunciamiento definitivo de parte de la justicia acerca del grado de participación que pudo haber tenido en los hechos que son materia de investigación, el Polo viene reconociendo sin ninguna ambigüedad la responsabilidad política que le corresponde por haberle concedido el aval y los votos que lo llevaron a la Alcaldía de Bogotá.

Pese a lo anterior, los grandes medios continúan en su campaña de desprestigio contra nuestro Partido. Agigantan el escándalo como si fuera medianamente comparable con el que podría suscitarse si se diera igual publicidad a lo que pasa en muchos otros partidos y entidades del Estado, como por ejemplo en el Tolima, donde nuestro candidato a la Gobernación, el doctor Héctor Orlando Zambrano, se vio obligado a exigir el nombramiento de un Gobernador Ad Hoc, que sea plena garantía en un debate electoral que se ha visto afectado por los más de cinco mil contratos a dedo firmados bajo la actual Administración.

Los primeros que debemos comprender lo anterior somos los militantes de base del Polo, ya que imposibilitados como estamos de todo acceso a los grandes medios de comunicación, solo nosotros, con el trabajo abnegado que realicemos, podremos contrarrestar los efectos de esa campaña que adelantan contra nuestro Partido. El Polo Democrático Alternativo no ha arriado ni arriará sus banderas por un mejor país. Su ideario de Unidad se mantiene enhiesto, y mientras ello ocurra, seguiremos contando con esperanzas. Esta campaña electoral debe servirnos para ratificarnos en esos propósitos y para seguir atrayendo la confianza de los colombianos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

UN ASESOR DE SANTOS

Por Rodrigo López Oviedo

La política económica del presidente Santos se inspira en parte en el pensamiento de Domingo Cavallo, el principal responsable de la peor crisis que viviera Argentina en los últimos años. Domingo Felipe Cavallo, es recordado por dos decisiones que se adoptaron mientras fungía como ministro de Hacienda de su país: Por la política de convertibilidad, que puso el peso argentino a la par del dólar durante el gobierno de Carlos Menem, y por el denominado corralito que sufrieron los argentinos durante el gobierno de Fernando de la Rúa.

Examinar estas dos decisiones nos permite avizorar los resultados que se pueden alcanzar mediante la aplicación de tal fuente conceptual. La Ley de Convertibilidad, que entro en vigor en 1991, prohibía la emisión de moneda que no estuviera respaldada en divisas y establecía una relación cambiaria equivalente a un dólar por diez mil australes, los cuales finalmente serían reemplazados por una nueva moneda, el Peso Convertible, de valor fijo de un dólar. Esta Ley, que estuvo vigente durante diez años, contribuyó a reducir considerablemente la hiperinflación que carcomía el bolsillo de los argentinos, pero generó tal explosión de importaciones que llevó la balanza comercial al déficit, puso en apuros la industria nacional y prácticamente triplicó la tasa de desempleo, al tiempo que la imposibilidad de emitir moneda si no se contaba con reservas marginales por igual valor hizo elevar considerablemente la deuda externa.

En cuanto al llamado corralito, este ocurrió en diciembre de 2001, es decir, a diez años de haber entrado en vigencia la Ley de Convertibilidad, y fue la más drástica restricción a la libre disposición de saldos en cuentas corrientes y de ahorro. Su supuesto fin era el de procurar el mayor uso de los medios de pago electrónicos y, de contera, estimular a la población en el mayor uso del sistema bancario. En verdad, lo que se quiso fue reducir la evasión de impuestos que había provocado la reciente reforma tributaria e impedir la salida masiva de dineros del sistema bancario, dado el riesgo existente de que se generara un pánico financiero ante la decisión del Gobierno nacional de entrar en cesación de pagos dado su elevado déficit fiscal.

Conocidas estas frustrantes consecuencias que provocaron las políticas lideradas por Felipe Cavallo a través de la Ley de Convertibilidad y de la restricción bancaria o corralito, el gobierno de Santos debería mirar hacia otras latitudes, aunque seria más apropiado hacerle tal recomendación a nuestro pueblo, pues en últimas es él el que debe buscar como constituyente primario cuáles son las alternativas que más le convienen. Entre ellas descuella con singular importancia el Polo Democrático Alternativo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

UN POLO SIN GARANTÍAS

Por Rodrigo López Oviedo

Tal parece que a quienes desde el Polo Democrático Alternativo queremos presentar nuestras candidaturas en la campaña electoral en curso se nos quiere vulnerar ese derecho. De tal grado son los atropellos que venimos sufriendo en la poca propaganda que hemos podido financiar con nuestros escasos recursos.

Lo peor es que ha sido la propia Oficina de Espacio Público la protagonista de algunos de esos hechos. Así ocurrió, por ejemplo, con uno de los pasacalles del suscrito, de escasos tres metros de largo, que había sido colocado al frente de la Avenida del Ferrocarril con Calle 27, sin que tal elemento atravesara la avenida ni tampoco la calle, es decir, con plena observancia de las normas expedidas por la propia Administración Municipal. Por toda justificación, el jefe de la Oficina de Espacio Público argumentó que esta propaganda se hizo bajar porque producía contaminación visual. Lo curioso es que a solo ocho metros de donde estaba hay dos vallas de los candidatos Ferro y Caicedo, estas sí gigantescas, que no fueron tocadas. ¿Será que el funcionario de marras está soterradamente comprometido con tales candidaturas?

Igual cosa ocurrió con un pasacalle ubicado a la entrada del barrio Los Mártires, que en dos ocasiones ha tenido que ser reinstalado en su sitio, y con otro en el barrio El Jardín, el cual desapareció. Aunque ya en estos dos casos no está clara la autoría criminal del hecho, si hay indicios que pueden comprometer en el segundo al presidente comunal de El Jardín por las manifestaciones que hizo al momento de la instalación.

Y si los pasacalles a mi nombre han corrido tal suerte, igual los del también candidato polista Ramiro Gálvez. Tal parece que a nosotros quisiera aplicársenos la Operación Halloween, pero a la inversa, ya que si con ella se pretende sacar del escenario a la oposición a través de multimillonarias sumas inyectadas a las campañas oficialistas, en nuestro caso se busca eliminarnos mediante el encarecimiento de las nuestras.

Mención especial merece el caso de nuestro también candidato William Bonilla, a quien, según lo denunció él personalmente en reciente reunión que tuvimos con el Secretario de Gobierno del Municipio y altas autoridades del Ejército y la Policía, se le ha obstaculizado en su campaña, llegándose incluso al lanzamiento de proyectiles de bala contra su residencia.

El Polo reclama el mismo tratamiento que se merecen todos los candidatos. Lo contrario nos obligaría a sacar nuestras quejas del espacio inútil de las oficinas del Municipio hacia otras instancias en las que quizá se vean estos atropellos como parte de un coordinado plan para dejar sin opción electoral a la oposición.



lunes, 5 de septiembre de 2011

¿OPOSICIÓN?

Por Rodrigo López Oviedo

Con el más extremo descaro, se ha querido confundir a los colombianos con la falsa idea de que entre el presidente Santos y su antecesor existe un desencuentro de criterios acerca del manejo del Estado que hace de este un opositor de aquel.

Lo más curioso es que quienes pretenden hacernos creer que existe esa tan falsa oposición no se percatan, o pretenden no percatarse para que el engaño les funcione mejor, de que al momento de las definiciones, estos aparentes opuestos, a través de sus representantes en el Congreso, levantan la misma papeleta, aprobando o negando al unísono las iniciativas que el Ejecutivo les presenta a su consideración. Tanto unos como otros, que ahora con el respaldo de los verdes han conformado una auténtica aplanadora congresual del 93 por ciento contra los intereses populares, coinciden en la misma agenda neoliberal, que es privatizadora en esencia, abierta a las transnacionales, complaciente con los poderosos grupos económicos, mezquina en el gasto social, centralista en el manejo de los recursos, usurpadora de las potestades regionales, desapacible con los campesinos que reclaman una reforma agraria integral, cercenadora de la independencia de los poderes públicos y enemiga de la paz.

Con coincidencias tan marcadas, ¿podríamos decir que hay oposición entre ellos? Pues no, ya que las diferencias que los separan no van más allá de las características propias del talante de cada personaje y que, para el caso, escasamente se han manifestado en el manejo de las relaciones con nuestros vecinos, porque incluso coinciden en su postración a Estados Unidos. Desconocer esto no puede tener otro interés que el de pervertir el verdadero sentido del término oposición, ocultar en qué consiste realmente la verdadera oposición, cuál debe ser el contenido de sus programas para que se le pueda dar tan distintivo título, qué partido encarna la verdadera oposición y qué esperar de él como alternativa de poder.

En un régimen como el actual, la verdadera oposición es la que está al lado del pueblo, propende por su bienestar y progreso, rechaza todo cuanto pueda serle perjudicial y lucha por un nuevo orden en el cual el hombre, y no el capital, sea el centro de las preocupaciones estatales.

Dentro de los anteriores criterios, la única oposición real en Colombia es la que encarna el Polo Democrático Alternativo. Pese a sus vicisitudes, el Polo mantiene orgulloso su Ideario de Unidad, y lo ha traducido a programas que, para las elecciones en curso, se constituyen en auténticos compromisos de honor con los excluidos de siempre y en alternativa a los mentirosos discursos de los personeros del régimen, incluidos los que ahora se disfrazan de oposición.