domingo, 26 de octubre de 2008

PARAGUAY DESPIERTA

Por Rodrigo López Oviedo

No pudo ser más significativa la expresión con que Fernando Lugo, el nuevo presidente paraguayo, cerró la alocución que hubo de pronunciar con motivo de su posesión: ¡Despierta, Paraguay!

Durante prácticamente todo su discurso, pronunciado en sandalias de franciscano en lugar de las ostentaciones de costumbre, el nuevo Primer Mandatario hizo alusión a los grandes compromisos que tendrá que enfrentar con motivo de su elección del pasado 20 de abril, luego de una hegemonía oligárquica del Partido Colorado que duró 61 años, durante los cuales hubo espacio hasta para siete lustros de terror (1954 – 1989) a manos de la dictadura de Alfredo Stroessner Mattiauda.

Ese 20 de abril, al quedar ungido con el cargo más importante de la nación, Fernando Lugo se comprometió “a no desperdiciar el esfuerzo, a no fallar en el rumbo, a no bajar los sueños del supremo altar de la esperanza”. Se refería por supuesto al esfuerzo de los nueve partidos políticos, de las cinco centrales sindicales y de las innumerables organizaciones sociales que, un 17 de julio de 2007, se unieron en la Alianza Patriótica para el Cambio con el fin de llevar a la Presidencia de la República a éste ex obispo militante de la Teología de la Liberación, que desde el púlpito había encarnado el propósito de buscarles solución a los inmensos problemas que han hecho cayo en el alma paraguaya.

Esos esfuerzos deberán orientarse a que el país deje de ser de los más corruptos del continente, de los de menos transparencia en el manejo de la cosa pública, de los de mayor concentración latifundista, de los de saldo menos satisfactorio en las variables de desarrollo humano, de los más atrasados en las metas del milenio y de los más carentes de mejoría en el nivel de vida de sus pobladores, no obstante el crecimiento económico alcanzado en los últimos años.

Fernando Lugo, sin embargo, fue claro en señalar que, pese a los propios esfuerzos que pondrá en la tarea de conseguir tan importantes objetivos, necesitará del “ladrillo que cada paraguayo tiene en sus manos”. Tiene razón. La historia reciente de nuestra América, o al menos la de la América que está al sur del Río Bravo, ha demostrado que resulta imposible encontrar solución a sus males y carencias sin contar con el concurso organizado de todo el pueblo y sin orientarlo a acabar con el universo de privilegios que las minorías oligárquicas, amparadas en las ventajas que da el usufructo del gobierno, han logrado crear y defender.

Solo mediante ese concurso entusiasta puede el Mandatario sentir protección ante los riesgos que le son propios a un proceso que tiene que alcanzar connotaciones revolucionarias, si efectivamente busca los objetivos anotados. Pero debe ser un concurso vigilante y exigente; atento a la detección de cualquier halago proveniente de los usufructuarios del statu quo, que haga caer al líder en la tentación de trocar los intereses colectivos por los intereses personales y llevar a su pueblo a una lamentable frustración histórica. Por eso la mejor actitud que deben asumir los paraguayos en esta coyuntura que se les abre generosa es la de celebrarla con entusiasmo como lo vienen haciendo, al lado de sus organizaciones y de sus líderes, pero permaneciendo despiertos, como los ha invitado a que permanezcan su hoy presidente Fernando Lugo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

CONTRADICCIONES LUGUISTAS

Se habló de Fernando Lugo como un “obispo de los pobres” plagiando el mote que se le daba al original, Arnulfo Romero, asesinado por la derecha en El Salvador.
La falacia fue difundida desde un equipo de serviles escribientes con un extenso prontuario sirviendo a la ultraderecha anticomunista y mafiosa de Paraguay, donde brillan con luces propias personajes como Ausberto Rodríguez y Julio Benegas.
El mesías marxista, supuesto teólogo de la liberación, en realidad era un sobrino de un agente de la CIA, emparentado con directivos de USAID, cuya principal fuente de soporte político y financiero provenía de la embajada norteamericana ocupada por el embajador anticubano James Cason.
Para conocer la verdad de lahistoria, cómo la alternancia del poder en Paraguay fue una operación fuertemente apoyada por el complejo IAF-NED-USAID derivado de la CIA, basta ver a quiénes puso en el poder: a una caterva de socialdemócratas financiados desde hace mucho tiempo por la embajada norteamericana de Asunción, y funcionarios de ONGs subsidiarios de las dádivas de los centros de poder mundial.

En el sitio web http://www.financiamientopolitico.org.py/V2/integrantes puede verse una nómina parcial de ellos, todos soportes del obispo de los pobres y teólogo de la liberación Fernando Lugo. También se puede corroborar en el sitio el auspicio que reciben de USAID.

OTROS AGENTES DEL IMPERIO INDIVIDUALIZADOS EN EL GABINETE:

Entre los personajes fuertemente identificados con la CIA se encuentran:
-Gloria Rubín, referente en Paraguay del NED y la CIA.
-Camilo Soares, beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush.
-Karina Rodríguez, de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter Ame-rican Foundation con fines altruistas que utilizaron para su campaña proselitista.
-Esperanza Martínez, del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción.
-Canciller Hamed Franco, del Pmas, un movimiento financiado por James Cason.
-Vice-canciller Jorge Lara Castro, recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida.
-Ministro de Defensa General Bareiro Spaini, hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos