domingo, 26 de octubre de 2008

EN LUGAR DE MARCHAS PROVOCADORAS

Por Rodrigo López Oviedo

Luego de movilizar a medio país contra las FARC, los señores de la derecha, nuevamente a través de Facebook, quieren que los colombianos vayamos a las selvas del Guaviare a rescatar a quienes están retenidos por la organización guerrillera. La convocatoria deja ver claro que solo se trata de una nueva provocación, con la cual buscan exacerbar aún más las pasiones y justificar las reticencias del Gobierno a buscar la paz.

Su título es más que diciente: “Colombia y FaceBook vs. las FARC”. También lo es su finalidad: “(…) rescatar las personas que aún permanecen secuestradas en poder de la delincuencia de las FARC”. Ni qué decir de la ruta: “Que la comunidad se desplace desde Villavicencio (…) hacia la zona selvática del Guaviare, (…) para contactarse con los delincuentes al margen de la ley”.

Sí, toda la convocatoria es una provocación y ya está recibiendo el apoyo de los grandes medios. El pensamiento democrático debe salirle al paso y evitar que derive en mayores riesgos para la vida de los retenidos. El mejor camino es proponerle algunos ajustes que la exorcicen de ese peligro y la conviertan en realmente útil al propósito libertario literalmente enunciado entre tantos sones de guerra.

Lo primero que se me ocurre es sugerir que no se marche al Guaviare a reclamar liberaciones unilaterales que nunca se lograrán a las malas. Más bien, sí, a Pradera y Florida a exigir que el Gobierno y las FARC pacten un armisticio para que esa zona, sin necesidad de despeje, se convierta en escenario de discusión del Intercambio Humanitario.

El Gobierno puede dar un primer paso en prueba de su interés concretando, antes de la marcha, su reciente ofrecimiento de liberar a algunos guerrilleros que están condenados por crímenes de lesa humanidad. Esto implica publicar la lista de los beneficiados con la promesa de entregarlos a las FARC en la zona bajo armisticio si la organización guerrillera se compromete a hacer lo propio con un nuevo grupo de rehenes.

Obviamente que esta iniciativa requeriría de unas filigranas operativas capaces de garantizarle resultados congruentes con el esfuerzo que demanda. Para diseñarlas, podría acudirse a países amigos -incluso Venezuela, con cuyo Gobierno se han producido importantes acercamientos a raíz de los buenos oficios que desplegó con motivo de la crisis con Ecuador- y desplazar hacia uno de ellos a algunos voceros del Gobierno, de las FARC y de los organizadores de la marcha con el fin de ultimar detalles relativos a la seguridad en la zona, al ejercicio de la autoridad en la misma, al establecimiento de la Mesa de Intercambio y a todo lo demás que demande tan trascendental propósito.

Un armisticio así logrado no podría verse como derrota para ninguna de las partes, pues aunque tendría lugar en Florida y Pradera no implicaría ningún despeje. Sería, más bien un escenario donde ambas partes compartirían el triunfo de ver en libertad a los colombianos que injustamente se encuentran privados de ella.

NOTA: Después de redactado el anterior comentario, recibí un mensaje del Observatorio de la Juventud de la Universidad del Tolima donde me cuentan que, después de la marcha del 6 de Marzo, las Águilas Negras decidieron amenazar a las organizaciones estudiantiles y a funcionarios de esta Alma Mater ¿Qué dirán los organismos de seguridad?

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