lunes, 25 de abril de 2011

MOTIVOS PARA ESTE PRIMERO DE MAYO

Por Rodrigo López Oviedo

Para cuando se desarrollaron los acontecimientos de mayo de 1886, que fueron los que sirvieron de motivo para la designación de la fecha conmemorativa del Día Internacional de los Trabajadores, ya la masa obrera llevaba varias décadas de lucha en procura de reducir a ocho horas la jornada laboral y había logrado que se expediera la Ley Ingersoll, mediante la cual se estableció que tal jornada sería la que regiría para los trabajadores del Gobierno de Estados Unidos y del Distrito de Columbia.

La búsqueda de normas que extendieran esa jornada a la totalidad del sistema de contratación laboral llevó a que las marchas, concentraciones y paros obreros se volvieran noticia de todos los días, lo cual atrajo la represión combinada de autoridades y patronos, acompañada de las más descaradas provocaciones.

La que ocurrió en la plaza de Haymarket de la ciudad de Chicago el cuatro de mayo de aquel 1886 habría de tener una especial repercución histórica. Se realizaba una gigantesca movilización obrera en protesta por la masacre de seis trabajadores de la empresa McCormik cuando un mercenario, instruido para dárselas de ser el más radical de los revolucionarios, arrojó un artefacto explosivo contra un destacamento policial que reprimía la manifestación. Las consecuencias no pudieron ser más malas para la policía: siete muertos y 54 heridos; pero peores para los obreros, tras la refriega que vino después: ¡38 muertos y 115 heridos!

Por supuesto que la dirigencia obrera fue sometida a un juicio amañado que tuvo como testigos a los mismos miembros policiales que participaron de la refriega. Allí se condenó a pena de muerte por ahorcamiento a siete de sus líderes y a trabajos forzados por 15 años a Oscar Neebe. El 11 de noviembre de 1887 se consumó el ahorcamiento de August Spies, Albert Parsons, Adolf Fischer y George Engel. El de Louis Lingg no se llevó a cabo por suicidio del condenado.Y con respecto a Samuel Fielden y Michael Schwab, su pena les fue conmutada por la de cadena perpetua. A todos ellos, la clase obrera les ha reconocido el histórico título de “Mártires de Chicago” y en su honor se estableció el primero de mayo como Día Internacional de los Trabajadores.

También Colombia ha sido fertil para la represión, los montajes, la denegación de justicia, el asesinato de líderes sindicales y populares y muchas otras aberraciones antidemocráticas. Por eso saldremos este domingo a rendir honores a nuestros mártires, a manifestar nuestra convicción en un mundo mejor, a comprometernos con su conquista y a reiterar nuestras particulares exigencias como las que demandamos en la jornada del pasado siete de abril.

lunes, 18 de abril de 2011

SANTOS, OBAMA Y EL TLC

Por Rodrigo López Oviedo

Los acuerdos suscritos entre Juan Manuel Santos y Barack Obama, en particular los relacionados con el TLC, han causado muchas expectativas, y eso está bien: el TLC es un instrumento que, de ser ratificado por el Congreso norteamericano, comprometerá muchos intereses, tanto a favor como en contra.

Ya el Tratado cuenta con un principio de acuerdo entre estos dos Gobiernos, aunque más valdría decir que de imposición sobre el nuestro. Bien es sabido que el TLC cabalga sobre pautas neoliberales, las cuales, en lo concerniente a relaciones internacionales, se traducen en apertura económica de las fronteras de los países débiles mientras las de los fuertes permanecen herméticas.

Muchos de los trabajadores que se informan a través de Caracol y RCN ven el TLC como un inmenso mar de oportunidades para mejorar sus condiciones laborales -cuando no para salir del desempleo-, derribar las actuales barreras a la sindicalización -entre ellas las que imponen las prácticas de tercerización, propias de las mismas doctrinas neoliberales-, superar el miedo a asumir plenamente sus condiciones de liderazgo y, en fin, todo lo que pueda relacionarse con el oprobio en que vivimos los colombianos en materias tan importantes como derechos humanos, laborales y sindicales.

Lo que estos ingenuos compañeros parecen desconocer es que los compromisos a que se ha llegado en estos sentidos no harán parte del TLC. Esto quiere decir que no son vinculantes y que Santos podrá olvidarlos una vez el tratado sea ratificado, sin correr el riesgo de reclamos por parte de Obama, pues tales compromisos no están en su corazón, que por ser corazón de negro debería rezumar bondad, como la que rezumaban los corazones de Luther King y Nelson Mandela.

Y parecen ignorar también que el origen de esas recomendaciones, que en últimas será a lo que queden reducidas, está en las presiones salidas de la bancada del Partido Demócrata, del sindicalismo norteamericano que se expresa por solidaridad de clase y, fundamentalmente, de los empresarios estadounidenses, quienes no estiman suficientes las gabelas recibidas de nuestros anteriores gobiernos y quieren aumentar su competitividad en nuestro mercado obligando a los empresarios locales a encarecer sus costos de producción.

Por eso, quienes no tragamos entero seguiremos firmes en nuestro rechazo a esta imposición imperial. Así lo haremos sentir con nuestra participación en la conmemoración del Primero de Mayo, día internacional de los trabajadores, en la cual saldremos, además, a expresar el reconocimiento a nuestros mártires, a reclamar por un mundo más humano, a manifestar nuestro compromiso de ayudar a construirlo y a darle continuidad a las pasadas movilizaciones, en particular a la que realizamos el pasado siete de abril.

domingo, 10 de abril de 2011

ENTRE RECHAZOS Y POPULARIDADES

Por Rodrigo López Oviedo

La jornada de protesta del pasado 7 de abril se cumplió con singular éxito. Pese a que su realización quiso impedirse por el Gobierno con propaganda en el sentido de que sería aprovechada por las guerrillas para actos terroristas, los ciudadanos se volcaron a las calles en número tan descomunal que si hubiera sido en Venezuela, Ecuador o Bolivia, los grandes medios habrían dicho que el respectivo régimen ¡tambalea!

Pero como las protestas ocurrieron en Colombia y su magnitud no permitía ocultarlas, utilizaron dos mecanismos para mermarles significación: de un lado, calificarlas tan solo de protestas orientadas a impedir la privatización de la educación y, de otro, acompañarlas de una supuesta medición de popularidad del presidente Santos en la que aparece con un índice superior al que en igual tiempo de mandato ostentaba un salgareño de poncho y perrero que ejerció parte del poder a altas horas de la noche, en malas compañías y en las trastiendas de la Casa de Nariño.

Lo cierto es que, con todo y lo importante que es la educación pública y lo significativa que fue la presencia de estudiantes y profesores, también en la jornada se expresaron los rechazos ciudadanos a aspectos tan lesivos como la entrega de nuevos beneficios a las trasnacionales minero-energéticas, la venta del patrimonio accionario de Ecopetrol, la pretensión de seguir elevando las edades de pensión para hombres y mujeres, la iniciativa de incrementarles siete o más veces el impuesto predial a los estratos uno, dos y tres, la mora en atender los problemas de desempleo y de ponerles coto a las cooperativas de trabajo asociado, en fin, aspectos mil de una agenda gubernativa orientada en beneficio de las castas dominantes y desmedro de quienes ponen su pecho en la tarea de creación de la riqueza.

¿Y lo de la alta popularidad? Pues de seguro que las mediciones estuvieron bien alejadas de las calles por las que transcurrían las marchas, pues en estas habrían encontrado resultados similares a los del referendo del mismo salgareño aquel, que no alcanzó el 20 por ciento de la votación total en más que uno solo de sus 18 puntos, el relacionado con el problema de la corrupción, cuyos efectos posteriores el país entero sabe cuales fueron.

Esta jornada puede servir para disuadir al Gobierno de seguir actuando sin consultar con la organizaciones sociales. De no ser así, se avecina la jornada del Primero de Mayo, a través de la cual los trabajadores no solo conmemoraremos nuestro día, sino que procuraremos convencerlo de la disposición en que estamos de impedir que su nefasta agenda gubernativa se imponga contra el querer popular.

lunes, 4 de abril de 2011

EL SIETE DE ABRIL, PROTESTAS MIL

Por Rodrigo López Oviedo

La discusión del Plan Nacional de Desarrollo ha dado para generalizados rechazos, pero todos circunscritos a los recintos en que las organizaciones sociales y de izquierda suelen debatir. Se precisa sacarlos a la calle, y así lo han entendido la CUT, la Gran Coalición Democrática, Fecode, los diversos estamentos de la universidad pública y muchas otras comunidades organizadas, que ven en el Plan un conjunto de agresiones contra la ciudadanía y un justo motivo para expresar la protesta social. Por eso han convocado a la población a tomarse pacíficamente todas las capitales este jueves, siete de abril.

Pero no se trata solo de rechazar el PND. Con la jornada se busca reclamar una pronta solución al problema que siguen viviendo los cientos de miles de damnificados por la desidia oficial que se patentizó en la ola invernal pasada y elevar la voz de protesta por la upaquización que ha puesto el precio de nuestros combustibles en niveles superiores al de infinidad de países importadores, pese a ser el nuestro autosuficiente, además de exportador mediante las trasnacionales.

Se quiere también denunciar los graves problemas que nos está trayendo la locomotora de la minería, que viene sembrando de viudas las regiones mineras, acentuando las crisis de agua en ellas y empobreciendo su agricultura, todo en beneficio de las grandes trasnacionales, sin que quede ninguna contraprestación que justifique tan desproporcionados atentados.

Se pretende, igualmente, exigirle a Santos el cumplimiento de su promesa de solucionar el problema del desempleo sin acudir a las trilladas fórmulas de las cooperativas de trabajo asociado y de arrebatarles conquistas a los trabajadores, pues con ello no se ha creado ningún número significativo de nuevos empleos.

Se busca impedir la conversión de las universidades públicas en entidades con ánimo de lucro y de rechazar el acto legislativo que impone la regla fiscal, que solo servirá para supeditar toda inversión social al presupuesto que quede, después de garantizar a la banca privada lo que cuesta el servicio de la deuda y a los jinetes de la guerra los recursos que demanda su ejercicio de muerte.

Y para el caso de Ibagué, también se trata de aprovechar la ocasión para rechazar el abusivo incremento en las tarifas del impuesto predial.

Motivos como estos, y muchos más, son los que comprometen la presencia ciudadana en esta protesta. La de Ibagué saldrá a las diez de la mañana de la sede sindical del magisterio y culminará en el parque Murillo Toro. Todos los que sientan que hay abusos en su contra de parte de quienes manejan el poder deben vincularse a esta tarea con la mayor resolución.