domingo, 26 de octubre de 2008

UNA REFLEXION NECESARIA

Por Rodrigo López Oviedo

Engalanada con la desbordada inteligencia de un ramillete de lúcidos pensadores salidos del mundo de la academia, de la Justicia, de la política y de algunas ONG, durante los pasados 8 y 9 del corriente mayo de 2008, se celebró en la deslucida Aula Máxima de la Universidad del Tolima la “Jornada de Reflexión sobre los Derechos Humanos – Una visión crítica”.

Lo primero que llama la atención de esta Jornada es que haya sido convocado, no por directivos universitarios o gremiales, sino por dos resueltas estudiantes de Ciencias Sociales, Gina Jiménez y Ximena Mesa, quienes, impactadas por la sistemática violación de los derechos humanos en Colombia, se dieron a la tarea de sensibilizar sobre ellos.

Desfilaron por el Evento el siempre prolífico escritor y académico Julio César Carrión y los luchadores sociales Norma Constanza Acosta, Jaime Bernal y Darío Gómez. Estuvieron también los doctores Eduardo Jaramillo, fiscal jefe de la Unidad Seccional de Delitos contra la Administración Pública; Francisco Taborda, decano de derecho de la Universidad de Ibagué y ex defensor del pueblo, y Ricardo Sánchez, prestigioso profesor, escritor y líder socialista. El resumen de cierre estuvo a cargo del académico Ramiro Gálvez.


El Evento fue, en esencia, un desfile de percepciones no siempre coincidentes, pero más por razón de la indiscutible complejidad del tema que como evidencia de que faltara maduración en los conceptos de los expositores. Allí pudo percibirse la angustia de quien ve en los derechos humanos un conjunto de enunciados que ha servido para justificar la intromisión de unos Estados en los asuntos de otros bajo el pretexto de garantizar su aplicación.

También pudimos reconocer la tragedia de quienes son burlados en sus derechos bajo el sofisma de que ellos también los burlan y el salvajismo de quienes violan los de los demás pretextando la defensa de los propios. Allí se hizo sentir la desesperanza del expositor que cuestiona la posibilidad de defender en Colombia los derechos humanos desde el Estado y exige asumir como política judicial la concesión del máximo de ventajas a las víctimas y el máximo de garantías para los victimarios en respuesta a la asimetría existente entre las víctimas y los victimarios del conflicto colombiano.

Dada la profundidad y la naturaleza de los temas tratados, nada más congruente con la Jornada que, al finalizar, se haya aprobado respaldar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que busque salidas a la crisis de nuestras instituciones, y que se haya invitado a las organizaciones populares a hacer lo propio.

Pero igualmente consecuente con el tema resulta señalar que el Evento fue conmocionado con la noticia de que el doctor Agustín Angarita Lezama -reconocido hombre cívico, médico, columnista, profesor universitario, director del Observatorio de Derechos Humanos, director del ciclo de conferencias “Ciudadanos del Mundo” y animador dentro del Polo Democrático de la línea civilista en la lucha política- está siendo judicializado por supuestos vínculos con organizaciones guerrilleras.

El caso Angarita Lezama se asemeja al de Carlos Lozano Guillén, destacada personalidad nacional dedicada a la paz y al cambio social y miembro del Grupo de Notables, al que alguna vez el Gobierno le encomendara importantes gestiones orientadas a la paz, sobre quien hoy se adelanta la más vergonzosa campaña con miras a encauzarlo bajo iguales sindicaciones.

¡Cuánta falta nos hacen eventos como el comentado!

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