viernes, 20 de enero de 2012

LAS CONFERENCIAS IDEOLÓGICAS DEL POLO

Por Rodrigo López Oviedo

Hay hechos que marcan historia pero que, para infortunio de muchos que deberían recordarlos, se dejan caer en el olvido. Recuperarlos de tan desconsolador estado se hace indispensable, máxime si se requiere tenerlos frescos para establecer correctivos y seguir construyendo historia. La forma como nació el Polo Democrático Alternativo es uno de ellos, y necesitamos recordarla.

Motivadas por una serie de componendas oligárquicas que amenazaban con dejar sin vida jurídica a las fuerzas políticas minoritarios del país, entre las que se encontraban combativos bastiones de la izquierda que buscaban un cambio radical y democrático a las condiciones ofrecidas por el sistema imperante, así como otras que simplemente no comulgaban con la forma como los partidos tradicionales dirigían a sus huestes y manejaban el poder, estas fuerzas fueron entretejiendo acuerdos que dieron lugar, primero, al nacimiento de las organizaciones Polo Democrático Independiente y Alternativa Democrática, y luego a la fusión de estas dos para constituir el Polo Democrático Alternativo

Hoy, a solo un poco más de seis años de su fundación, el Polo Democrático Alternativo es víctima, apenas natural, de ese particular alumbramiento, toda vez que algunas de esas fuerzas, otrora minoritarias como se dijo, ya no consideran serlo tanto, y prefieren volar hacia otros paisajes en los que, a su juicio, les puedan ofrecer algo más que un puesto de combate por los más necesitados, que es todo lo que en el PDA podrían encontrar.

El Partido es consciente de esos deseos y ha decidido dejar que tomen vuelo los que así quieran hacerlo, pero procurando, eso sí, que en los aletazos de su emigración causen el menor daño y, sobre todo, que no se lleven las curules que la militancia conquistó con tanto esfuerzo. Y para prevenir que hechos parecidos vuelvan a presentarse, está preparando Conferencias Ideológicas en todo el país, las cuales desembocarán en una gran Conferencia Ideológica Nacional, el 25 y 26 de febrero del presente año.

Pero, además, es de esperar que estos eventos sean pródigos en propuestas que mejoren la normatividad estatutaria, hagan más claros los principios ideológicos y políticos contenidos en el Ideario de Unidad, eleven la participación de los afiliados en las luchas por la paz y contra las políticas neoliberales y busquen solución a los apetitos de los sectores menos consecuentes, procurando siempre que las depuraciones que se hagan necesarias se conviertan en sinónimo de fortalecimiento.

Lo anterior es lo que le da tanta importancia a la participación de la militancia en las actuales discusiones. Las conclusiones que se deriven de ellas serán el insumo fundamental para el III Congreso del Partido, donde se someterán a aprobación.

EL ESCENARIO NO ES LA AGENDA

Por Rodrigo López Oviedo

En la última semana del año pasado, el país conoció del presidente Juan Manuel Santos su interés en dialogar con las FARC si estas daban claras señales de querer la paz. Tan importante anuncio fue recibido con una alta dosis de incredulidad, ya que no se acompañó de información acerca de las señales que el señor Presidente aceptaría como gestos de paz ni de las condiciones bajo las cuales estaría dispuesto a abrir los diálogos. Quince días después, la incertidumbre se disipó por su lado adverso. Fue suficiente con que Timoleón Jiménez, utilizando la palabra Caguán, manifestara coincidir en el propósito presidencial para que el Mandatario contradijera su interés de antes con un rotundo ¡que se olvide del Caguán!

De manera habilidosa, Santos, personero del militarismo, ha querido hacerle creer al país que los deseos de las FARC son los de hacerse a otra zona de distención al estilo de la de El Caguán, palabra que por lo visto le huele a cachos de Lucifer. De esta forma busca persuadirlo de que el escenario es lo mismo que la agenda y seguir confundiéndolo con la tergiversación de un momento histórico que, habiéndole abierto esperanzas a la paz, fracasó por la debilidad del gobierno de entonces ante algunos siniestros personajes, como los uribes, los castaños, los mancusos, que siempre se mostraron reacios al diálogo, y por su renuencia a empujar los cambios contenidos en la agenda que fue puesta a consideración del país mediante las audiencias públicas de Los Pozos.

Con semejante salida, el Presidente le ha dicho a las FARC algo que de antemano sabe que contará con una gran resistencia: que una de las condiciones para el diálogo es que este se realice fuera del país. ¿Cuáles serán las otras? Difícil saberlo, pero fácil de presumir que serán de difícil aceptación por los insurgentes si sabemos que el interlocutor del grupo armado es un Gobierno dispuesto a permitirle a un importante sector de las clases dominantes que siga usufructuando los inmensos recursos de la guerra.

Por eso, a riesgo de volvernos cansones, no podemos dejar de insistir en la necesidad de que el país aúne esfuerzos para lograr un cambio de actitud en las políticas de paz que salen del Palacio de Nariño. En esencia, la agenda del Caguán no es otra cosa que un conjunto de reivindicaciones aún sin resolver y a las cuales se les debe seguir buscando salida. Y si mediante los diálogos no es posible, pues que la salida venga entonces mediante las acciones de masas. De seguro, mediante las acciones de masas vendrán también los acuerdos de paz.

lunes, 9 de enero de 2012

LA REFORMA PENSIONAL

Por Rodrigo López Oviedo

En entrevista concedida a Yamit Amat, Luis Carlos Villegas, presidente de la Andi y del Consejo Gremial, se derritió en loas al estado actual de la economía, a la cual calificó de “joya de la corona para el capital extranjero y para el inversionista”, pues el comercio exterior creció 38,39 por ciento hasta octubre, en lo cual solo fue superada por la India.

Pero al tiempo que se mostró tan encomioso ante tales resultados, se diluyó también en lágrimas porque, según sus cifras, el sistema pensional no cuenta con los recursos que lo hagan viable, lo que obligará a aumentar las semanas de cotización del trabajador, postergar su edad de jubilación e incorporar al sistema a los trabajadores informales y a los que trabajan en jornadas parciales, incluso por horas y en contratos civiles. A todas estas linduras propuso agregarles otra reforma que disminuiría 10 puntos al impuesto de renta.

Se trata de una manera de ver la economía siempre con ventaja para el capital privado y sin ningun beneficio para los trabajadores. Como de lo que con estas declaraciones se trata es de ambientar la discusión sobre la nueva reforma pensional, a los trabajadores solo nos resta prepararnos, ya que solo el grado de beligerancia con que le salgamos al paso será el que determine el resultado al que finalmente lleguemos.

Por su puesto que el actual régimen merece grandes cambios, luego de los enormes deterioros que ha sufrido. Pero ese cambio no puede orientarse a la desaparición del régimen de prima media ni al incremento del valor de los aportes mensuales o de las semanas de cotización; tampoco a una nueva elevación de la edad de jubilación ni mucho menos a la disminución de la cuantía de las mesadas o del número anual de estas. Más bien, y para ser sincera, la discusión debería versar sobre las relaciones económicas que se están dando entre el capital y el trabajo. Allí nos encontraríamos con otro tema, el del grado de participación de los trabajadores en ese extraordinario desarrollo tecnológico que hace que cada vez sea mayor la masa de inventarios que se producen con el mismo esfuerzo productivo de antes y que es lo que le produce tantas alabanzas al doctor Villegas.

Lamentablemente, una discusión sobre cómo acceder a ese derecho requiere de unas condiciones que en Colombia no existen, porque los trabajadores no hemos alcanzado el grado de desarrollo que se requiere para hacerles entender a los personeros del establecimiento que las utilidades del aparato productivo no pueden ir solo a sus bolsillos, pues para generarlas se requiere de la participación protagónica de los trabajadores.

lunes, 2 de enero de 2012

HECHOS DEL 2011

Por Rodrigo López Oviedo

Como se recordará, la crisis hipotecaria sucedida en Estados Unidos entre los años 2007 y 2009 dio lugar a uno de los hechos más ignominiosos en la historia de las finanzas: en el rescate de las entidades bancarias gestoras de la crisis, el Gobierno de ese país comprometió cerca de ocho billones de dólares, cifra equivalente a casi la mitad de su producto interno bruto y al 25 por ciento de la producción mundial.

El movimiento “Occupy wall street” fue la respuesta indignada de los estadounidenses ante quienes, de una parte, pusieron tan descomunales recursos a favor de quienes han gozado siempre los favores de un sistema económico que desangra a la humanidad y, de otra, recortaron el presupuesto de inversión social para financiar el susodicho rescate y atender las demás manifestaciones de la actual crisis cíclica del capitalismo. Estados Unidos cuenta hoy con un desempleo que compromete a cerca de 14 millones de personas y tiene a 49 millones viviendo en la pobreza, lo cual es evidencia de la profundidad de la crisis y de la desatención que ella le ha merecido al Gobierno.

La mención a Estados Unidos se hace solo por vía de ejemplo. También por otras latitudes se observaron iguales manifestaciones populares en contra de las pretensiones de las respectivas burguesías de descargar sobre los trabajadores el peso de las crisis. De resonancia mundial fueron las movilizaciones que recorrieron las principales ciudades europeas, así como los históricos levantamientos del norte de África, aunque es bueno advertir que si bien algunos de ellos buscaban mejoras en las condiciones de vida de la población y otros el rechazo a las agresiones imperiales, no dejaron de presentarse alzamientos instigados por el Imperio mismo con el fin de reversar importantes avances sociales y tomar posesión de grandes riquezas petroleras, gasíferas y acuíferas.

Ahora se habla de la refundación de la Unión Europea, pero de seguro que con tal iniciativa no se logrará ninguna solución a los problemas sociales. Con tal refundación solo se pretende resolver, sin tocar el euro, lo que se quiso y no se ha podido resolver durante los diez años de vigencia de esta moneda: suprimir barreras cambiarias y fortalecer el intercambio en la Eurozona.

Fuerte contraste el anterior con el que se vive actualmente entre los países de nuestro continente, los cuales, iluminados por un ideario de izquierda, lograron conformar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, para procurar alejarse del garrote norteamericano (Estados Unidos y Canadá) y acercar a la realidad el sueño bolivariano de la patria grande. Ojalá que la presencia de gobiernos de derecha no entraben tan importante iniciativa.