domingo, 26 de octubre de 2008

EL POLO PREPARA SUS CONGRESOS

Por Rodrigo López Oviedo

Estamos a menos de una semana de que el Polo Democrático Alternativo de inicio a las campañas de promoción de su II Congreso Nacional y del I Congreso Nacional de Jóvenes.

Estos eventos, que se realizarán entre el 26 y el 28 de febrero de 2009, prometen convertirse en punto de encuentro de lo más avanzado del pensamiento democrático del país y en el acontecimiento político partidista de mayor trascendencia ante las justas electorales de 2010.

De acuerdo con las condiciones establecidas en las convocatorias, a estos Congresos pueden asistir todas las personas que resulten elegidas en las elecciones internas que se realizarán el próximo 26 de octubre. Para el II Congreso, el Tolima elegirá 35 delegados por esta circunscripción y participará en la elección de 153 delegados de circunscripción nacional.

Muy seguramente que las deliberaciones girarán en torno a lo que debe hacer el Polo para convertirse en una opción tan real de poder que pueda servir de punto de atracción a todas las fuerzas que quieran comprometerse en el propósito de superar el hondo bache en que se encuentra la democracia colombiana y darle cumplimiento a un programa de transformaciones que redunden en bien de las grandes mayorías y de la construcción de una sociedad más incluyente, con mayor igualdad social y capaz de romper con ya 18 años de aplicación de las regresivas tesis neoliberales.

El abordaje de este temario resulta inaplazable. Por fortuna, no se parte de cero. La experiencia de gobierno que el Polo ha vivido en algunas regiones ha creado la convicción de que sus propuestas no solo son realistas, sino que cuentan con el empeño de sus líderes en materializarlas. Como evidencia de ello están los datos del PNUD sobre desarrollo humano en Bogotá, que demuestran, precisamente, cómo las dos alcaldías regentadas por el Polo han servido para elevar y nivelar, de manera sostenida, la calidad de vida de sus pobladores y para restarle espacio a la brecha entre el norte opulento y el sur de miserias.

Pero muy seguramente que los delegados también tendrán que ocuparse del tema de los compromisos unitarios de sus propios dirigentes. Algunos de éstos han comenzado a desentenderse de ellos, tal vez seducidos por los halagos que intencionadamente les brindan los grandes medios. El momento que está sufriendo el país, hábilmente maquillado por esos medios con argumentos que desconocen las inmensas carencias vitales de la población, demanda de quienes se dicen demócratas, cuando no revolucionarios, una actitud firme, carente de ambigüedades, como la pide el maestro Carlos Gaviria, pero también como la demandaba el también insigne maestro Fals Borda, en mala hora fallecido.

Actitud firme y carente de ambigüedades de parte de hombres orientados a la construcción del más sólido frente por la democracia y comprometidos con los mínimos programáticos del Ideario de Unidad, y no en el aprovechamiento de sus carismas personales, que, precisamente por valiosos, pueden querer ser aprovechados por los medios para avivar egos, alimentar apetitos y dificultar los procesos de real unidad.

Aprovechar y desarrollar lo bueno del Polo y contribuir a la solución de sus dificultades debe ser el compromiso resuelto de su militancia. Ello implica un trabajo tesonero en esta etapa de preparación de sus Congresos y la elección de los delegados más comprometidos con esos propósitos.

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