martes, 17 de marzo de 2009

CARTA AL SEÑOR ÓSCAR A. VARÓN B., EL NUEVO DIA

12 de marzo de 2009

Respetado don Óscar:

Quiero manifestarle mi complacencia, al igual que mi agradecimiento, por el amplio despliegue que le dio en el día de hoy al tema de Cooperamos. Desde que el doctor Alberto Bejarano Ávila, por allá en febrero de 2007, puso en circulación un importante texto al que denominó “Mi lectura del caso de Cooperamos”, he procurado hacer públicas mis preocupaciones por la suerte de ésta Empresa. Entre tales preocupaciones tal vez la que más me haya agobiado sea la de la casi total indiferencia con que se afrontó hace nueve años su proceso de liquidación. Por eso, el amplio despliegue proporcionado hoy por usted contribuye a atenuar la indiferencia que también afecta al proceso actual y a disponer favorablemente la voluntad colectiva para que los esfuerzos que se realizan con las miras puestas en la reactivación de la empresa puedan llegar a buen puerto.

El hecho casual que hace diez meses me llevó al seno de la Junta Asesora de Cooperamos me ha permitido conocer más cabalmente lo que está sucediendo en torno a la reactivación, y me ha motivado a aprovechar el generoso espacio que cada martes me brinda El Nuevo Día para opinar, de vez en cuando, en torno a este proceso, corriendo el riesgo de que los lectores puedan verme reiterativo en el tratamiento de este tema.

Pero algo que sí he procurado es hacer que mis manifestaciones periodísticas giren alrededor de aspectos que aglutinen a la base social y no que la dispersen o distraigan de tan encomiable objetivo. Por eso quiero señalar que si en mi columna del 17 de febrero de este año, “Cooperamos: Nubarrones y esperanzas”, me salí de tal comportamiento, lo hice obligado por la circunstancia de haber sido antidemocráticamente excluido del escenario donde solía opinar y proponer: la Junta Asesora, que es donde mis opiniones y propuestas pueden resultar más útiles.
Hoy necesitamos volver a la calma porque ese clima de enfrentamiento, que puede deducirse de mi mencionada columna y de lo que las circunstancias lo obligaron a usted a publicar en el día de hoy, no redunda en el avivamiento del ánimo social que se necesita para garantizar que prevalezcan los intereses de los 68 mil 529 asociados de Cooperamos, los cuales solo podrían favorecerse si les ofrecemos escenarios que les permitan reconstruir la que fue la Empresa más importante que se haya construido con el esfuerzo exclusivo de los hijos del Tolima.
Dicho lo anterior, quiero invitarlo a usted a convertirse en animador de este proceso de reactivación a través de un acompañamiento más cotidiano de lo que ocurre en torno a él.
Quiero invitar también a la doctora Ángela Parra y a la Junta Asesora a recibir con ánimo menos reactivo mis desinteresadas críticas y mis modestos aportes, pues considero que la realidad hay que aprender a verla desde distintos enfoques, muchos de los cuales no resultan coincidentes.
Por mi parte, me comprometo a seguir aportando al propósito de lograr lo que más les conviene a los asociados y, en general, a los tolimenses: un Cooperamos vital y dispuesto a reeditar esas páginas de empresarismo solidario que tanto orgullo despertaron entre todos nosotros. De seguro que en ello resultará ganando el Tolima.
Cordialmente,

Rodrigo López Oviedo

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