lunes, 14 de marzo de 2011

POR UNA NUEVA POLÍTICA PETROLERA

Por Rodrigo López Oviedo

Aunque las crisis políticas de los países árabes no han sido utilizadas aún por nuestro Gobierno para justificar una nueva alza en los combustibles, no demorará en hacerlo. Para ello cualquier pretexto es bueno y estas crisis lo son más.

Nuestra política petrolera está diseñada para que, pase lo que pase en los mercados internacionales, el precio interno suba. En primer lugar, porque si este se incrementa en el exterior, el gobierno no puede dejar de percibir lo que recibiría si el combustible de producción nacional se vendiera fuera de las fronteras nacionales. Y, en segundo lugar, y esto es lo que hace aberrante tan curiosa política, porque si cae el precio en aquellos mercados, el gobierno tampoco puede permitir que por tal caída entren en déficit el Fondo de Estabilización para los Precios de los Combustibles (FEPC) y el Fondo de Ahorro y Estabilización Petrolera (FAEP). Lo cierto es que ninguno de tales fondos ha servido para estabilizar nada. A lo sumo, para paliar el creciente déficit fiscal.

En el párrafo anterior hice alusión al precio del consumo interno porque otra perla de esta política es que la venta del crudo que se les hace a las trasnacionales para su distribución en el exterior es a precios inferiores a los que pagamos los colombianos en los expendios, ya que apenas incluyen variables que resultan apenas razonables, como son los costos de exploración y extracción, los fletes internos, los impuestos y un margen razonable de ganancias, aunque estos dos últimos tienen un carácter ciertamente leonino.

Para el consumo interno hay en cambio otras variables adicionales que no merecen otro calificativo que el de expoliantes ya que corresponden a costos que jamás se presentan, como es el caso de los fletes desde las costas de Estados Unidos a puerto colombiano, los seguros marítimos y reaseguros y los aranceles de importación. Con la inclusión de estos factores, el Gobierno pretende hacernos creer que lo que se está haciendo es eliminar los subsidios a los estratos medio y alto de la población, que son los que tienen carro, cuando todos sabemos que finalmente los precios de los combustibles caen en cascada sobre los artículos de la canasta familiar de todo el mundo, tengase o no vehículo.

Con semejante política, Ecopetrol liquidó utilidades en el año 2010 por 8.3 billones de pesos, pero por razón de la pasada venta del diez por ciento de su patrimonio accionario, 830 mil millones tendrán que pasar a manos privadas. Pese a ello, el Gobierno sacará al mercado otro diez por ciento. Así de grande es la angurria de los conmilitones del régimen.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Apreciado columnista, qué oportuno artículo. Evadido por la crítica general del periodismo que se diluye en generalidades de poca monta.
Seguiremos tu pluma.heliodoro