domingo, 6 de marzo de 2011

BALANCE DE UNA JORNADA

Por Rodrigo López Oviedo

Pese a la carencia de recursos con que contó la Veeduría Cívica contra el Predial para financiar la movilización del pasado jueves, al silencio de los medios de comunicación, salvo el Canal 20 de Global TV, y a la apatía con que la convocatoria misma fue acogida por organizaciones sociales que tradicionalmente han sido motor de la protesta ciudadana, los habitantes de Ibagué pudimos rechazar los incrementos exagerados que se le han hecho a tan lesivo impuesto, al igual que a todos los servicios públicos.

Claro, no se trató de una participación que generara parálisis (no se trataba de eso), pero sí suficiente para hacer ver que todavía hay quienes defienden los derechos de la ciudadanía de las absurdas imposiciones de un Alcalde y un Concejo municipal que solo parecen reconocer sus propios intereses.

No se trató de una participación que causara grandes traumatismos, pero sí suficiente para notificarle a la administración municipal que sin recursos, sin la participación de los medios, y aún con la apatía de muchas organizaciones sociales, la Veeduría tiene audiencia y un poder de convocatoria que puede ir en ascenso si siguen sordos los administradores de la cosa pública al clamor ciudadano.

En fin, no se trató de una participación siquiera proporcional a la magnitud del problema que se denunció, pero sí suficiente para que los organizadores se sientan estimulados en el papel que vienen jugando y convencidos de que el caudal que se vio en esta jornada, aunque pequeño, seguirá creciendo y cada vez con mayores posibilidades de éxito, máxime en una temporada electoral como la actual, en la que muchos politiqueros de pacotilla, especialmente los actuales concejales, comienzan a sentir de nuevo la necesidad del apoyo ciudadano.

Lo que viene ahora no es otra cosa que la continuidad en la lucha. El camino legal para el desmonte del dañino incremento no es otro que el que sirvió para imponerlo. El señor Alcalde debe enmendar su error presentándole al Concejo municipal un proyecto de acuerdo que establezca unas tarifas menos lesivas para los años venideros y una política de descuentos por pronto pago que pueda ser efectivamente aprovechada por la ciudadanía.

Pero para que así suceda, el mismo Alcalde debe ser estimulado por una Veeduría igual de activa, pero más sintonizada con la realidad social de Ibagué, mejor concertada con las organizaciones sociales y más dispuesta a trabajar en alianza con ellas. Solo así podrá garantizar que el Burgomaestre y sus concejales de bolsillo sientan el justificado enojo de una ciudadanía que, para poder atender las exacciones a que ellos la someten, tiene que negarle el pan a sus hijos.

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