lunes, 25 de octubre de 2010

EL POLO Y LOS CARRUSELES DE CONTRATACIÓN

Por Rodrigo López Oviedo

Tal vez muy delicadas resultarán dentro del Polo las consecuencias del escándalo suscitado por Gustavo Petro a raíz de lo que él considera un carrusel de contratación en el Distrito Capital. La primera de ellas puede ser la de severos cuestionamientos al propio Petro por saltarse de nuevo las bardas del Partido y acudir al escándalo público para dirimir sus contradicciones con otros miembros de la colectividad.

Para fortuna del Polo, el propio Alcalde distrital se ha dirigido a todos los órganos competentes para que investiguen su conducta. Él bien sabe que, como ordenador del gasto, le toca administrar con unas normas que favorecen a los contratistas más poderosos, dadas las exigencias de capital y experiencia señaladas en tales normas. Resolver esa aberrante situación requiere de un drástico cambio legislativo que haga más democráticas las posibilidades de contratación con el Estado, al tiempo que invista a la ciudadanía de poderes reales para participar en la definición de las soluciones que se requieren, en la asignación de los recursos necesarios y en el ejercicio de controles para que los dineros no se pierdan.

De seguro, las investigaciones llevarán a la conclusión de que Samuel Moreno simplemente ha sido víctima de unos carteles de la contratación que tienen la sartén por el mango y que en su relación con ellos no ha habido ilicitud alguna. A su vez, tales conclusiones serán la prueba de que el Polo está siendo víctima de una bien urdida trama orientada a obstaculizar los procesos de unidad que desde hace cinco años, próximos a cumplir, se obstina en desarrollar.

Los ciudadanos honestos no podemos caer en estas desorientaciones. Al contrario, debemos aprovechar la ocasión para destacar el gran papel que, desde los diferentes cargos que han estado bajo su desempeño, el Polo ha podido cumplir, especialmente en bien de la educación, la salud, la alimentación, la atención a los desplazados y la solución de los problemas de movilidad, pese a los temporales trancones. Pero particularmente, los militantes debemos insistir en el reclamo de apoyo ciudadano para que podamos ampliar el espectro de tan importantes soluciones a otros campos de la problemática social.

Lo anterior no significa que no debamos estar también actuantes y vigilando lo que ocurra dentro de nuestro partido. Por eso es inaplazable la tarea de desarrollar las conclusiones del II Congreso en lo relacionado con la conformación de los Comités de Base. Solo un partido enraizado en su pueblo puede garantizarse su conversión en opción de poder. Solo un pueblo sólidamente organizado en torno a un partido puede garantizarse que ese poder se ponga a su servicio.

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