lunes, 11 de octubre de 2010

SOLIDARIDADES QUE ESTORBAN

Por Rodrigo López Oviedo

Ante la destitución e inhabilitación por 18 años para el ejercicio de funciones públicas con que la Procuraduría General de la Nación sancionó al ex secretario general de la Presidencia Bernardo Moreno, el ex presidente Álvaro Uribe, con un cinismo que no es de extrañar, le anunció a los colombianos que asume como propia la responsabilidad que pueda corresponderle a este ex funcionario, siempre y cuando lo que haya hecho no sea lo que le mereció tal sanción, sino simplemente el “averiguar al DAS y a la UIAF por las denuncias que medios de comunicación habían formulado sobre posible penetración de presuntos narcotraficantes en asuntos de algunos magistrados”.

Semejante declaración, aplaudida por muchos como una evidencia de la responsabilidad con que el ex mandatario asume sus actos y los de sus colaboradores, en la práctica no es más que una prueba de lo contrario, pues contiene un mensaje de “sálvese quién pueda”, dirigido a quienes fueron sus compañeros de andanzas, con el cual deja en claro que los acompañará solidario…, pero solo hasta el momento en que sus compañías no le impliquen riesgos políticos, jurídicos o personales que vayan más allá de su propio interés. Esto es como decir hasta nunca jamás.

Pero ha dicho también el ex mandatario que si la actuación del doctor Moreno estuvo encasillada dentro de esos exclusivos parámetros de averiguación, se pone a disposición del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia. Tal parece que al doctor Uribe alguien tendrá que recordarle que su disposición para comparecer ante esos organismos no puede estar limitada a lo que según su parecer pueda limitarse, sino que debe ser plena, pues en últimas son ellos los que definen si lo llaman o no, aunque los indicios que hay, especialmente en el Congreso, y particularmente en la Cámara, son los de que tal cosa jamás ocurra, o al menos por ahora, mientras no sientan la presión de la Corte Penal Internacional.

Lo de extrañar es que haya callado sobre el grado de acompañamiento que podría ofrecerles a los ex funcionarios del DAS y de otras dependencias, comprometidos directamente con los casos de las interceptaciones telefónicas y los seguimientos a magistrados, periodistas y personalidades de la oposición. Es de creerse que permanezca en ese mutismo, y hasta mejor para estos señores, pues solidaridades como la demostrada con su amanuense Moreno son un verdadero estorbo.

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A propósito del contrato que firmaron el Partido Verde y Sergio Fajardo para que este fuera fórmula de Muckus, ¿será que aquello de que “Aquí vine porque quise. A mí nada me pagaron” es cierto solo para los militantes de base?

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