lunes, 30 de noviembre de 2009

PARA ABRIR CAMINOS DE PAZ

Por Rodrigo López Oviedo

Conocido el último informe de la Corporación Nuevo Arco Iris sobre la forma como ha evolucionado la violencia en Colombia durante los últimos diez años, los seguidores de la Seguridad Democrática deberían hacer un alto en su respaldo a esa política del Imperio y de las derechas en Colombia. Confrontar los decires del Gobierno y de los grandes medios con la realidad que nos presenta este informe los llevaría a comprender que los progresos alcanzados no han sido tantos como los que les han querido hacer ver, aunque sí muy costosos para el erario, para la tranquilidad ciudadana y para la paz.

Este estudio, que se basó en cifras oficiales y en una ardua investigación de campo, asegura que si bien el Gobierno ha tenido éxitos militares sobre las organizaciones ilegales, los mismos no han sido tan sostenidos como para impedirle a las FARC la recuperación de algunos territorios ni al ELN su restablecimiento. Los narcoparamilitares, por su parte, siguen en su accionar, y hoy generan más violencia que la guerrilla, además de que actúan con fines políticos e ideológicos bastante afines a los del uribismo, y han logrado “explayarse” en ciudades como Bogotá y Medellín.

Si exceptuamos el 2002, año durante el cual se dio un pico poco representativo, por lo exageradamente alto, de la tendencia general de las acciones bélicas de las FARC, cuyo promedio anual entre 1997 y 2007 llegó a 1004 acciones, del informe resulta revelador el que durante 2008, es decir, durante el sexto año del ascenso de Álvaro Uribe a la Presidencia, tales acciones bélicas hayan ascendido a un mil 354, es decir, el 35 por ciento por encima de ese promedio. Pero más revelador resulta aún que, con todo y ser el de 2008 un número ya de por sí alto, el de enero a octubre de 2009 supera en el 25 por ciento el de las acciones presentadas en igual período de aquel año.

Estas cifras dan entonces a creer que era cierta la afirmación de algunos analistas, quienes le señalaban a esta guerrilla el estar acudiendo a la estrategia del repliegue en respuesta a las acciones reforzadas de la fuerza pública de los últimos años; y que tal vez a ello, y solamente a ello, obedezca la recuperación que la fuerza pública ha hecho de parte del territorio nacional; recuperación que, según el mismo informe, solo ha llegado al 55 por ciento y a cerca de 700 municipios.

Señala Nuevo Arco Iris en su informe que los resultados militares de la Seguridad Democrática se han topado con “un techo” que deja al país ante dos alternativas: profundizar en la política de guerra o escoger la vía de la negociación. El pensamiento democrático desde hace mucho tiempo se pronunció por la vía de la negociación, y el informe comentado le confirma la razón en sus críticas al camino de la guerra. Ojalá ese pensamiento democrático, haciéndose mayoritario en la confrontación electoral que se avecina, pueda superar la criminal alianza narco-paramilitar de derecha que desde hace ya buen tiempo tiene copados importantísimos espacios de la vida nacional. Lo contrario es permitir que el país siga siendo empujado por el despeñadero en que desde hace más de 60 años está cayendo, pese a la resistencia de los mismos sectores democráticos.

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