lunes, 17 de diciembre de 2012

UN RECONOCIMIENTO

Por Rodrigo López Oviedo

Aunque, en general, ningún medio de comunicación descuida el fin último de toda empresa capitalista, el de generar utilidades, la gran mayoría de ellos orienta su artillería al propósito de amarrar a los usuarios a las concepciones ideológicas y políticas de los dueños, casi todas coincidentes en la defensa de los beneficios de las clases dominantes.    

En realidad, a los grandes medios nada les importa el deber de tener bien informada a la ciudadanía. Lo importante es explotar el derecho a informar conforme a los intereses mencionados, así haya que disimularlos mediante prácticas que  generen apariencias de objetividad, como las que realizan al criticar uno que otro desliz de esas clases dominantes o de alguno de sus miembros, pero sin que ello implique cuestionamiento alguno al conjunto de políticas relacionadas con el sostenimiento del sistema imperante.

Pero en medio de tan malsanos objetivos, se están consolidando alternativas de información que si bien no circulan de manera tan masiva como los medios oligárquicos, sí cumplen con la responsabilidad de informar objetiva, oportuna, clara y verazmente, en muchos casos con heroísmo, como es el caso del semanario Voz, la Verdad del Pueblo, que ha visto caer asesinados no solo a cientos de sus distribuidores, sino también a uno de sus directores, el inolvidable senador Manuel Cepeda Vargas.

Por eso resultó tan conmovedor el acto de reconocimiento que se le hiciera a Voz el 15 de diciembre en Ibagué cuando el Cabildo Municipal, a través del Concejal William Rosas, le entregara a su actual director, el doctor Carlos Lozano Guillén, una resolución aprobada por el Cabildo ibaguereño a instancias del mismo Concejal.         

El semanario Voz ha sido considerado el periódico independiente y revolucionario por antonomasia. Y no solo por la cantidad de mártires que le ha entregado a la historia del país. También, y fundamentalmente, porque ha sabido conjugar la  información objetiva, clara, veraz y oportuna con el análisis clasista de la realidad, al tiempo que ha servido como instrumento de educación de las masas, de su unidad y de su organización, en medio de tantas fuerzas repelentes como son las que gravitan en torno al movimiento popular.

Este semanario está cumpliendo 55 años de existencia. Lo menos que podemos hacer es unirnos solidariamente a tan magna celebración y expresarles nuestro agradecimiento a todos los que están vinculados a sus páginas, incluidos los cientos de obreros y campesinos que arriesgan su libertad, y hasta su vida, en la empeñosa tarea de distribuirlo. El solo esfuerzo que tal distribución conlleva vale un potosí. Y ni se diga lo que valen los esfuerzos de redacción y edición. A todos, mil gracias y felicitaciones.

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