Por
Rodrigo López Oviedo
Los
problemas que azotan al país se están haciendo tan insoportables que, para exigirle soluciones al Gobierno a
los más acuciantes, las organizaciones que mejor interpretan los intereses
populares, y que siempre han estado dispersas, se han visto obligadas a ponerse
de acuerdo en realizar un conjunto de movilizaciones entre el 4 y el 12 de
octubre, período al que han denominado “Semana de la Indignación”.
No es para menos.
La calamitosa situación de los trabajadores, el abandono a que fueron sometidos
sus sistemas de salud y educación, las inexistentes posibilidades de solución
bajo el actual régimen de las oligarquías, la caída en cascada de la calidad de vida, las nefastas locomotoras
del plan de desarrollo, entre muchos otros problemas, obligaron a los mismos
trabajadores, pero también a estudiantes, artistas, deportistas, intelectuales,
indígenas,
afro descendientes, y a las organizaciones de mujeres, de derechos humanos, de los barrios y demás sectores
sociales y populares a organizar esta importante jornada.
La Semana de la Indignación será la
respuesta de una población que ha comenzado a ver en las políticas del régimen
la causa de que los ricos sean cada vez más pocos y más ricos mientras los
pobres elevan su número en espiral al tiempo que se hacen cada vez más pobres y
más negados en garantías para el ejercicio de sus derechos de asociación,
movilización, huelga, participación electoral, e incluso a la integridad física
y sicológica y a la vida.
Y
será la respuesta también de quienes han comenzado a entender que necesitamos
de una verdadera soberanía, es decir, soberanía que funcione sin embajadores
que se creen virreyes, sin imposiciones de la banca imperial, sin bases
militares extranjeras y sin consorcios minero-energéticos transnacionales que,
asociados con las mafias, despojan a los campesinos de sus tierras y los
fuerzan al desplazamiento.
En
desarrollo de la jornada, el cuatro de octubre se realizará la movilización por
el trabajo digno; el ocho, las movilizaciones en respaldo de la Mesa de
Diálogos por la Paz con Agenda Social y en defensa de la universidad pública; y
del 9 al 11, los campamentos por la salud y la Seguridad social.
Los
anteriores son solo algunos ejemplos de las muchas actividades que se
realizarán, y se aspira a que desemboquen en el Paro Nacional del 12 de octubre
que están organizado cientos de
organizaciones. Sin embargo, se sabe de las dificultades que hay para que así
ocurra, lo cual no será obstáculo para que tales organizaciones continúen con
la iniciativa.
Del
vigor demostrado en estas movilizaciones dependerá en buena medida el afianzamiento
de los reclamos populares en la Mesa de la Habana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario