domingo, 19 de febrero de 2012

PARA NO ESPERAR TANTO

Por Rodrigo López Oviedo

Hoy hace diez años, mediante una orden de suyo violatoria de los acuerdos que establecían un plazo de 48 horas entre el momento de expedirla y el ingreso de las tropas a la zona, el presidente Andrés Pastrana le puso fin a un proceso de paz que tuvo por escenario a San Vicente del Caguán, municipio del Caquetá, y por protagonistas a ese Gobierno y a las guerrillas de las FARC.

Se trató, por supuesto, de un proceso que nació haciendo agua por razón de haberse echado a andar en medio de la algarabía de los fusiles de unos y otros (pues nunca se declaró un cese bilateral del fuego) y de las insidias más horrorosas de los enemigos de la paz. El país todavía recuerda con indignación uno de los episodios que más negativamente incidió en el rompimiento: el del “collar bomba” que cobró la vida de la señora Elvia Cortés, el cual se le atribuyó a la organización insurgente sin que esta hubiera tenido nada que ver en el fatídico incidente.

Lo más curioso de este rompimiento fue que ocurrió en medio de una orquestación tan monumental por parte de todos los medios de la derecha que la generalidad de nuestros conciudadanos terminó creyendo en la inutilidad del proceso y la agenda que se venía discutiendo, en la conveniencia del rompimiento y en el inminente aniquilamiento de la organización guerrillera, que no solo quedaría desprovista de la protección que le brindaba la Zona de Distensión, sino que no tendría cómo hacer frente a unas Fuerzas Armadas que habían aprovechado los treinta y siete meses que duraron los diálogos para robustecerse en hombres y pertrechos gracias a los recursos del Estado y del Plan Colombia.

Transcurridos estos diez años, el país sigue requiriendo que se solucionen los múltiples problemas planteados en la agenda y que se restablezca un nuevo frente de diálogos para aclimatar la paz, ya que el camino de los fusiles como método para la desaparición del enemigo ha demostrado su inoperancia. Precisamente la Corporación Nuevo Arco Iris señala que, durante los últimos tres años, en los enfrentamientos con la insurgencia, seis mil 400 miembros de las fuerzas del Estado quedaron fuera de combate, de las cuales dos mil 235 lo fueron durante el 2011.

Tan alarmantes cifras nos hablan de que el Estado viene ganando apresuradamente la guerra en los titulares de prensa, pero para hacerlo en nuestras montañas requerirá de otro tiempo igual al de los años transcurridos desde la muerte de Gaitán. De la intensidad con que trabajen los amigos del diálogo dependerá que no se tenga que esperar tanto.

3 comentarios:

TIC - SENA dijo...

SÍ, ANTE TAL CALIDAD DE COMENTARIO, ES INDISPENSABLE Y PERTINENTE CONSERVAR EL DECORO A TAL PROPUESTA, HECHA ADEMAS CON DELICADEZA. PERO QUIERO DECIRLE SEÑOR RODRIGO LÓPEZ OVIEDO, QUE, AUNQUE SIEMPRE HE VISTO NECESARIO UN CAMBIO EN EL SISTEMA, LAS ARMAS NO SON EL MECANISMO MAS ADECUADO PARA CONSEGUIR ESTE CAMBIO. NO TAPEMOS EL SOL CON UN DEDO, POR FAVOR; LOS SANGRIENTOS ACTOS PERMANENTES DE LOS GRUPOS INSURGENTES HAN EMPOBRECIDO EL PAIS A LO MAXIMO, ADEMAS DE ACABAR CON LA POBLACION A PUNTA DE MASACRES INECESARIAS. ASÍ DE BINITO, ESCRIBA DE COMO HACER PATRRIA SIN VIOLENCIA Y NO NEGANDO LO DEL COLLAR BOMBA A UNA SEÑORA. GRACIAS

TIC - SENA dijo...

CORRECCION ( ASI DE BONITO )

Anónimo dijo...

Como olvidamos de facil los desprovisto de medios de produccion que las armas son fabricadas por las grandes potencias y a toda hora muestran los colmillos sedientos de riquezas para tragarse a los pueblos que no poseen instrumentos belicos ni las producen.
Solo poseen una mira aplastar o desalojar a los humanos de sus "propiedades" naturales que si proveen de alimentos a la poblacion ajena a la produccion agrario.Caso concreto lo vivido por los campesinos en la represa el Quimbo del Huila.Acaso esos agrarios estaban armados cuando se les bombardea y lanza gases por cuenta de los ejercitos de seguridad trnasnacional y la prosperidad Uribestia perdon Santista.
Al menos debe tenerse en cuenta que mientras una poblacion es urbana y puede disfrutar de sus incomodidades otra esa si importante y sin niguna proteccion social que es la rural agraria hace que nosotros podamos alimentarnos para en ocasiones en cargarnos de desvirtuar la realidad.Y saber que mas temprano que tarde estaremos metidos en un conflicto que no es nuestro sino patrocinado por las grandes multinacionales y sometidos finalmente con "decoro" al hambre y la miseria. De modo que no le digamos mentira a la nacion y futuras generaciones.
Nelson Guzman Baena
Calarca Quinido. Febrero 23 de 2012.