domingo, 10 de julio de 2011

CARTA CONSTITUCIONAL Y PODER POLÍTICO

Por Rodrigo López Oviedo

Casi todas las doctrinas políticas coinciden en la tesis de que sin suficiente poder político resultan irrelevantes los avances normativos que se logren a favor de quienes carezcan de él. La mayor prueba la ofrecen los últimos años de historia colombiana y, más concretamente, los transcurridos bajo la vigencia de la Constitución de 1991.

Esta Constitución nació de una coyuntura en la que parecían existir importantes entendimientos entre el establecimiento y buen número de fuerzas sociales para reemplazar la Carta de entonces por otra que, por ejemplo, les pusiera coto a instituciones que eran un insulto a la democracia, como la del estado de sitio, o que impedían que al pueblo le tocara al menos una pisca de participación en las riquezas de la nación y en el manejo de las cosas del Estado.

Con la nueva Constitución afloraron muchas esperanzas. No era para menos. La carta de derechos allí contenida se nos ofrecía como un suculento banquete. Y para garantizar su disfrute, instituciones como la tutela resultaban expeditas. Desafortunadamente, con la desmovilización de las fuerzas insurgentes que participaron en su redacción, nuestras castas oligárquicas desmovilizaron también esos entendimientos, y lo que vino después fue el desmonte paulatino de lo que era bueno para el pueblo, mientras se intensificaba el aprovechamiento de la normas que a ellas les eran favorables.

A ese oscuro desenlace contribuyó, primero, la debilidad de nuestras organizaciones sindicales, las cuales, por ese entonces, no afiliaban ni siquiera al diez por ciento de la masa laboral, y, segundo, la intensificación de la actividad criminal que desataron las fuerzas de la institucionalidad, del narcotráfico y de la patronal con el fin de decapitar al movimiento popular.

Por fortuna, hoy se insinúan cambios que avizoran el retorno de las esperanzas. Los deseos oligárquicos de que Estados Unidos les apruebe el TLC pueden abrir inmensas posibilidades para el desarrollo de las fuerzas sindicales. Con el nacimiento de la Coordinadora de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia -Comosocol-, surgida al calor de las vigorosas movilizaciones de los últimos meses, se espera que se haya dado vida a un escenario de unidad de tal tipo de organizaciones y a una jalonadora de nuevas reivindicaciones. Y en cuanto a la organización política, el Polo Democrático Alternativo ha venido convirtiéndose en una destacada escuela en la que no solo estamos aprendiendo a hacer oposición y a construir futuro, sino también a aprovechar a los líderes que el presente ofrece y a desechar a los que se vayan convirtiendo en estorbo. Es decir, si no tenemos poder político, necesitamos construirlo. Y en ese camino lo que nos sobra es esperanzas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Calarca, quindio julio 11 de 2010.
Rodrgio LopezOviedo.

referencia: Anexar a su comentario Carta Constitucional Y poder politico.
Siempre he entendido que la Constitucion politica de 1991 fue un pacto de acuerdos entre cabelleros y damas para respetar y ahcerla vida mas placentera, colmada de felicidad y de paz con justicia social. Y cuando hablamos de paz con justicia social es porque se debe proporcionar derechos elementales para la existencia humana.
Luego nunca creo que los colombianos hayamos pactado que se incrementara la muerte y la guerra que eslo predominante ne nuestro queridismo pais llamado Colombia.
Solo miremos desaprecieorn en estos ultimos 20 anos las grandes empresas que generaban empleos,entre ellas; TELECOM, TELEVISON, BNACO AGRARIO, INSTITUTO DE ASUNTOS NUCLEARES, AGROPECUARIA,ALIMENTOS,y muchas mas.Geenrando algo mas de 400.000 desempleos que dificilmentelos recuperaremos en el futuro economico,politico y scoial de Colombia sino hay un verdadero cambio dementalidades y estructuras.
Puede leerse detallamdaemtne laLey 1450 de juno 16 de 201 mla llamado PLAN NACIONAL DE DESARROLLO. Que dademas es una reforma a mas de 25 Leyes que ni siquiera alcamzamos a asimiliar.
Sin olvidar que si violaron las viejita del 1886la nueva Carta Magna del 91 si que estana busnado de ella. Un solo caso La ley 100 o de la inseguridad socialy la educacion incluyendo a la propia u niversidad del pueblo el SENA.
En los momentos actuales vale es el tiempo empleado en el trabajo y nunca el conocimiebto y la ciencia.
Cada que Usted escribe amigo Rodrigo me induce a realizar este mismo ejercicio.
Nelson Guzman Baena
Directivo O.C.P.-CUT Quindio.