martes, 10 de febrero de 2009

De liberaciones y maromas


Por Rodrigo López Oviedo

Si la frase no abundara en generosidad, diríamos que el periodismo se está convirtiendo en un testigo indeseable para el Gobierno. Probablemente lo más atinado sea afirmar rotundamente que en indeseable ya se convirtió y que al Gobierno le son de mal recibo las voces y las páginas periodísticas, sobre todo si están revestidas de objetividad en sus reportes y de acierto en sus conclusiones.

Parece que Álvaro Uribe presentía lo que le sobrevino con la libertad de Alan Jara y Sigifredo López. Bien informado como suele estarlo, temía recibir de ellos un frontal rechazo a su política de rescates a sangre y fuego, ahora maquillados como cercos humanitarios, y es de creer que, para ahorrarse las consiguientes dificultades, hubiera intentado disuadir de participar en estas liberaciones a la Comisión comprometida a hacerlo. No otra conclusión permiten los intimidatorios seguimientos aéreos de que fue víctima dicha Comisión cuando iba en procura de los cuatro miembros de la fuerza pública devueltos por las FARC; intimidatorios seguimientos que tuvieron que suspenderse ante la valiente denuncia internacional que el periodista Jorge Enrique Botero hizo a través de Telesur.

Estos hechos son los que explican las posteriores reacciones de desesperación del Gobierno al optar por suspender el acompañamiento que estaban haciendo Piedad Córdoba y Colombianos por la Paz a la Comisión Logística brasileña y a la Cruz Roja, y prohibir la participación de los medios en las entregas de Jara y López que estaban previstas para después. Se buscaba superar con estas nuevas maromas el fracaso de los seguimientos y abortar cualquier iniciativa de nuevas entregas unilaterales de parte de la guerrilla.

Tratándose de decisiones que fueron tomadas de manera improvisada y bajo la presión de unos nervios en punta, resultaron contraproducentes y necesitadas de reversa. Con la cola entre las patas, el Gobierno tuvo que permitir que Piedad Córdoba continuara con estas diligencias y que los medios siguieran informando. Lo que vino después fue la apuesta de Uribe por salvar sus índices de popularidad. Por eso se descargó en su Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, a quien le pidió la renuncia, haciéndonos creer que fue el propio funcionario el que la presentó voluntariamente. Sin embargo, tratándose de uno de los funcionarios más útiles a los propósitos de distracción del Gobierno, su defenestración resultaba ser un precio que Uribe no estaba dispuesto a pagar. Prefirió tragarse el sapo de no aceptarle la renuncia y redimir de tal manera la consecuencia de haberse dejado llevar, nuevamente, de su soberbia vocación totalitaria.

El agresivo señalamiento a Colombianos por la Paz de ser el frente intelectual de las FARC debe verse, entonces, como una postrer retaliación que todo demócrata debe rechazar.
Pero si algo bueno ha quedado de tanto ir y venir, además de que Uribe haya comprendido que los medios solo están de rodillas mientras convenga a sus dueños, ello es que recibieron renovados bríos los temas del intercambio humanitario y de la salida negociada al conflicto. Alan Jara y Sigifredo López, pese a sus justificadas amarguras, señalaron que el intercambio humanitario es el único camino que conduce sin riesgos a la libertad de quienes están pagando en cautiverio el castigo por unos males que son consustanciales al régimen de explotación en que les ha tocado vivir. Muchos colombianos pensamos igual.

3 comentarios:

RODRIGO LOPEZ OVIEDO: dijo...

Ciudadano dice:

INCOHERENTE

NO SEA TAN PENDEJO AFIRMAR QUE POR LA DESIGUALDAD SOCIAL EN QUE NOS TIENE
POSTRADA UNA CLASE POLITICA CORRUPOTA E INEPTA, PERO ANTE TODO UN PUEBLO QUE ES
INCAPAZ DE ASUMIR SU RESPONSABILIDAD DE ELEGIR BIEN SE PUEDEJUSTIFICAR QUE UNOS
BRUTOS TERRORISTAS MANTENGAN SECUESTRADOS. ES HASTAA ACEPTABLE QUE SEEMPUÑEN
LAR ARMAS Y SE TRATE DE ACCEDER ALPODER,PERO MANTENER SECUESTRADOS EN
CONDICIONES INFRAHUMANAS POR MAS DE 10 AÑOS ESO ES CRUELDAD

RODRIGO LOPEZ OVIEDO: dijo...

SILPAVAL DICE:

Soy colombiano y como tal veo con muy malos ojos que notas periodisticas como esta no llamen ala conciliacion y ala paz sino que con marcada tendencia de "FARCISTA" SE QUIERA HACER CREER AL PUEBLO MENTIRAS TAN GRANEDES COMO
LAS DEL PROPIO GOBIERNO.

Anónimo dijo...

Considero INCOHERENTE pretender creer que el conflicto armado nos sacará del problema que se prolonga día a día. Producto de nuestro pobre desarrollo conceptual pontificamos sin criterio. Ni cristianos que nos endilgamos para no sentir el deseo de PAZ NEGOCIADA.