Por Rodrigo López Oviedo
Con la decisión de excluir a los comunistas del Polo Democrático
Alternativo, 16 miembros Comité
Ejecutivo Nacional han hecho evidente su intención de atravesársele al propósito
del Partido de abanderar la unidad de la izquierda y de orientar a los
necesitados hacia el establecimiento de un nuevo poder.
Tal decisión ha merecido el rechazo de buena parte de las bases
partidarias, las cuales ven en ella un contrasentido, pues pone al partido en contravía
de las señales del momento presente, caracterizadas por el fortalecimiento de
diversos núcleos de izquierda, hoy en camino de unidad.
Como argumento central se esgrimió el de la doble militancia, dado el
apoyo del Partido Comunista a la Marcha Patriótica. Tal justificación no ha convencido
mucho, pues aunque hay gran cantidad de militantes que no hacen parte de
ninguna organización aparte del Polo mismo, otros muchos militan además en los partidos
que conforman el Polo, a los que nunca se les ha exigido disolverse, pues lo
lógico es que conserven su integridad orgánica si el Ideario de Unidad no agota
todas las expectativas políticas contenidas en sus particulares programas.
Tal es el caso del Moir, una de las organizaciones que abanderó la
exclusión del Partido Comunista. El Polo no le ha avalado al Moir su táctica de
alianzas con la burguesía nacional ni su rechazo a la reforma agraria, pero el
Moir no ve en ello ningún obstáculo para permanecer en el Polo, ni el Polo ha
visto en tales tácticas impedimento para mantenerlo en sus filas mientras
defienda el Ideario de Unidad y los estatutos.
Y si se menciona al Moir es solo para dar cuenta de uno de los casos más
emblemáticos de lo que, en concepto de esta organización, podría denominarse
doble militancia, ya que los ejemplos son tantos cuantas tendencias políticas
hay en el Polo. La propia presidenta, doctora Clara López, milita en la
organización política de su esposo. De allí que si la decisión de excluir se
aplicara con el rigor que se le aplicó al Partido Comunista, tendríamos a un
Polo posiblemente más puro, pero ideológicamente enclenque, cuantitativamente
diezmado y sin ninguna posibilidad de ponerse a la cabeza de las
transformaciones que requiere el país.
El Comité Ejecutivo Nacional del Polo está en la obligación de rectificar
decisiones como esta, y varias más, que han llevado al Partido a los niveles
más bajos de aceptación social, pese a ser la única organización de oposición
institucional al régimen. No hacerlo podría conducir a que fueran las propias
bases las que adelantaran la rectificación, removiendo de sus cargos a quienes
de manera tan torcida los vienen ejerciendo.
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