lunes, 14 de junio de 2010

DOS GALLINITAS PELIGROSAS

Por Rodrigo López Oviedo

Resulta preocupante que el país no solo asista indiferente al bochornoso espectáculo de un Presidente armado de improperios contra las cortes, los jueces y su más importantes fallos, especialmente si afectan a sus íntimos, sino también que abandone toda vergüenza y se apreste a elegirle a una de las dos gallinitas que se pelean el honor de cuidarle sus tres huevitos.

Escudando sus miedos a las cortes internacionales en arrebatos retóricos y aprovechándose de su popularidad, al Presidente lo hemos visto denostar ante casos como el de Jorge Noguera, encarcelado por paramilitarismo, Sabas Pretelt, llamado a juicio por cohecho, y Mario Uribe, procesado por parapolítica. En todos ellos, y en mucho más, ha utilizado los peores términos contra la justicia, e incluso contra personalidades como el premio Nobel de Paz Adolfo Pérez Esquivel, a quien calificó de idiota útil por referirse a su hermano, Santiago Uribe, cuestionado por paramilitarismo.

No hace mucho, la jueza 52 Penal de Bogotá, doctora Jenny Jiménez, profirió condena contra Mario Aranguren, ex director de la Unidad de Investigación y Análisis Financiero, y eso le valió la descalificación presidencial en términos de tan peligroso calibre que la rama jurisdiccional se sintió obligada a realizar un paro en reclamo de protección para su vida.

Otro parecido pronunciamiento presidencial se presentó cuando la jueza Estela Jara condenó a 30 años de prisión al coronel en retiro Luis Alfonso Plazas Vega por el caso de los once ciudadanos desaparecidos en la retoma del Palacio de Justicia en 1985, al tiempo que ordenó compulsar copias para abrir investigación por los mismos hechos contra el ex presidente Belisario Betancur y la línea de mando de las Fuerzas Armadas, la Policía y los organismos de seguridad de entonces.

Todos estos peligrosos señalamientos deberían resultarnos odiosos y sin embargo parecen no afectarnos, como parece no afectarnos el gran riesgo que hay en la propuesta de Uribe, expresada por Juan Manuel Santos, para que la Fiscalía General de la Nación dependa directamente del Presidente de la República. Cuando tal cosa ocurra, muy seguramente no serán necesarias las presiones y amenazas de que han sido objeto fiscales y jueces ni habrá lugar para las protestas gubernamentales ante los fallos judiciales; pero desaparecerá todo asomo de justicia para los colombianos y reinará la impunidad, especialmente para esa bochornosa modalidad delincuencial denominada crímenes de Estado.

Y lo peor es que, en su emulación con Juan Manuel Santos, Antanas Mockus quiera hacerse eco de esa propuesta para redondear sus evidencias de apego al ideario de Uribe. Ello sería la prueba de que, al igual que Juan Manuel, Antanas no es más que otra gallinita peligrosa.

No hay comentarios: